El Liverpool empató en Anfield con el Oporto (0-0) y cumplió con el trámite en un soporífero partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones de una eliminatoria que había quedado sentenciada en la ida tras la goleada de los 'Reds' por 0-5 en Do Dragao.
Con el billete para cuartos en el bolsillo y el encuentro del próximo sábado de la Premier League con el Manchester United en el horizonte, Jürgen Klopp movió su 'once' y dio minutos a algunos de los menos habituales: introdujo cinco cambios con respecto al equipo con el que derrotó hace tres días al Newcastle United (2-0).
Entraron Lallana -primera titularidad en dos meses-, Milner, Alberto Moreno, Gomez y Matip, y se quedaron fuera, entre otros, el holandés Van Dijk y el egipcio Mo Salah, máximo artillero de los 'Reds' este curso.
En el Oporto, con poco más en juego que la gloria y el cheque que entrega la Liga de Campeones por victoria, Sergio Conceiçao también movió el equipo. Nada menos que ocho caras nuevas entraron en los 'Dragones' con respecto al 'once' que pudo el viernes pasado con el Sporting Lisboa: sólo Felipe, Diogo Dalot e Iker Casillas, en el que pudo ser su último partido en la competición, mantuvieron su sitio.
Poco fútbol y menos ritmo vieron las casi 55.000 personas que abarrotaron Anfield, y sólo un disparo a un palo de Mané mediada la primera mitad consiguió levantar de sus asientos a los aficionados. El rapidísimo extremo senegalés, héroe hace tres semanas en Portugal con un triplete, se topó con un poste con un disparo desde el costado derecho del área tras un preciso centro de Milner.
No se vieron más ocasiones de los ingleses -de ninguno, de hecho- hasta la vuelta de vestuarios, y, en el minuto 47, Milner tuvo el 1-0 en las botas, pero, con todo a su favor, se resbaló en el punto de penalti tras agarrar un pase de Lallana y su disparo se marchó desviado.
Del Oporto, pocas noticias. Sólo su afición, completamente entregada y que no dejó de cantar durante los 90 minutos, recordaba a sus futbolistas que el encuentro no era amistoso.
Hubo que esperar 51 minutos para ver su primera aproximación con ligero peligro, cuando Waris se plantó en las inmediaciones de Karius en una contra y sacó un derechazo que atrapó fácil el cancerbero alemán.
El carrusel de cambios mermó todavía más el ritmo pausado del duelo, y sólo Salah, que ingresó en el minuto 74 por Mané y buscaba encadenar su octavo partido viendo portería, logró inquietar ligeramente a Casillas.
El guardameta español, inédito toda la noche, fue llamado a la acción a falta de tres minutos para el final, cuando sacó una mano providencial a un cabezazo de Ings para que su equipo no se fuera derrotado de Anfield.
Así, en un encuentro sin historia y decidido desde antes del pitido inicial, el Liverpool hizo bueno el 0-5 de la ida y obtuvo su billete para cuartos de final, dejando en la cuneta a un Oporto al que la eliminatoria ante los ingleses le vino grande.