El técnico italiano hará aún mayor su leyenda como técnico en la Liga de Campeones, superando el techo de los 190 encuentros de Alex Ferguson, ya como entrenador más laureado con cuatro conquistas. Su Real Madrid encara el más difícil todavía. Acostumbrado a hacer real lo imposible, el último desafío son palabras mayores, el Etihad Stadium, donde reside un City que no pierde en su casa desde septiembre de 2018.
Amparado en Vinícius como gran referente, Courtois como salvador, Rüdiger como la criptonita del temido Haaland y, sobre todo, al regreso de la mejor versión de Karim Benzema en la noche más especial. El City es una de sus víctimas predilectas en Europa. Seis goles en ocho partidos. Cuatro de ellos en el Etihad, donde será clave que recupere la imagen letal del Balón de Oro.
La necesidad de músculo en el centro del campo para responder a la querencia por el balón del City, impulsa a Carlo a apostar por Camavinga, que llega justo tras superar un leve esguince de rodilla. Un movimiento que hace que encaje el puzle madridista para mantener a Rüdiger sobre Haaland, tras el buen marcaje del Bernabéu, hacer hueco al regreso de Militao y desplazar a la banda izquierda a David Alaba.
Mantener a Rodrygo rebajaría el potencial madridista en el banquillo si el encuentro va por el camino indeseado por Ancelotti, con solo Marco Asensio como revulsivo, pero sería una invitación al espectáculo en un intercambio de golpes puro y duro con el City para ver qué equipo tiene mayor pegada. Sea como fuere, el espectáculo está asegurado y el Real Madrid debe superarse ante todos los escenarios.
El Manchester City se hace fuerte en su estadio
Con el recuerdo perenne de lo ocurrido en el Santiago Bernabéu el año pasado, el Manchester City se agarra al Etihad Stadium, donde solo ha cedido un empate y una derrota esta temporada (allá por el lejano 12 de noviembre). El equipo de Pep Guardiola se siente favorito. "Aquí somos intocables", aseguró Jack Grealish, uno de los más señalados por la remontada del año pasado.
La Premier League ya está en el bolsillo y el siguiente objetivo es la Champions, la gran ansia de este equipo desde que fue comprado por el dinero de Emiratos Árabes Unidos en 2008. Para ello, Guardiola cuenta con Haaland, titular el fin de semana, pero sustituido en la recta final de encuentro tras marcar su gol número 52 de la temporada, y con Kevin de Bruyne, que no disputó ni un minuto contra el Everton.
John Stones, Jack Grealish y Bernardo Silva fueron los otros tres jugadores que estuvieron en el banquillo contra el Everton. Si Guardiola no experimenta, como ya ha hecho en otros partidos fundamentales de su equipo, sobre todo en aquella final de la Champions que perdió contra el Chelsea y en la que jugó sin pivote defensivo, el once debería ser el mismo que el de la ida.
Defensa de tres, con Kyle Walker como tapón Vinícius en la derecha, Rubén Dias y Manuel Akanji; y John Stones por delante, como centrocampista adicional cuando el City tenga la pelota. Ilkay Gundogan, que participó en los tres goles del City este fin de semana, en el centro del campo junto a Rodri y De Bruyne; y arriba Grealish, Bernardo y, cómo no, Haaland.