En dos clubes de tal magnitud, con los 185, del Atlético, y los 180 millones de euros, del PSG, que han gastado en incorporaciones durante este verano, con dos entrenadores de tanta dimensión, en una competición tan deslumbrante, pero también tan dañina cuando no se alcanzan las expectativas, ya no hay términos medios para ninguno de los dos. Ninguno está entre los ocho primeros de la larga clasificación que propone el nuevo formato, pero el Atlético ni siquiera está entre los 24 mejores que dan acceso a las eliminatorias. Es vigésimo séptimo: ha sumado tres de los nueve puntos. A su remontada en casa ante el Leipzig contrapuso dos derrotas y siete goles en contra ante el Benfica y el Lille.
Un punto más tan solo ha logrado el PSG, decimonoveno, porque ganó a última hora al Girona con un error de Paulo Gazzaniga. Fue en el Parque de los Príncipes, donde el PSG ha vencido seis de sus últimos siete partidos en la actual campaña entre todas las competiciones. El otro marcador fue un empate. Ya sin Kylian Mbappé, sus trepidantes extremos (Bradley Barcola, con ocho goles en 13 choques, y Ousmane Dembele); su veloz contragolpe, secundado por laterales como Achraf Hakimi y Nuno Mendes; su presión alta e irrenunciable en el libreto de Luis Enrique y su medio campo, liderado por Vitinha, junto a Joao Neves y Zaire-Emery, avisan al Atlético.
El conjunto de Diego Simeoneestá en el proceso de una vuelta al pasado, al origen, a la fortaleza defensiva, la intensidad o el contragolpe que lo dirigieron hasta las cotas más altas no hace mucho, pero también obvia en su nuevo discurso, proclamado el domingo por Koke Resurrección, el capitán, el mecanismo que mejor le sienta: la presión en campo rival. Ganador solvente el pasado domingo contra Las Palmas (2-0), en París se espera un Atlético más resguardado para encarar al PSG y protegerse ante sus espantosos precedentes como visitante en la Liga de Campeones en los últimos tiempos: una victoria en diez salidas, de las que fue derrotado en siete. La última fue un 4-0 contra el Benfica. La alarma es evidente.
El Atlético viaja a París sin José María Giménez, sancionado y que se suma en la lista de bajas a Robin Le Normand y César Azpilicueta, también centrales, aparte de Marcos Llorente y Thomas Lemar. Los cuatro siguen con la recuperación de sus lesiones. Giménez y Le Normand serían titulares fijos este miércoles en caso de haber estado disponibles. Simeone deberá reinventarse en la defensa. Tiene tres centrales disponibles (Axel Witsel, Clement Lenglet y Reinildo Mandava), que apuntan a la titularidad, a los que añade Nahuel Molina o Javi Galan, opciones por dentro y por fuera. Ambos se perfilan como carrileros. En el banquillo, como solución de urgencia, aguardan Gerónimo Spina e Ilias Kostis.
La sería duda está en si Giuliano Simeone, goleador ante Las Palmas, sostendrá el carril derecho, tal y como será la exigencia defensiva de Bradley Barcola. Pablo Barrios y Koke Resurrección formarán en el medio campo, bien con Rodrigo de Paul o bien con Conor Gallagher, con Julián Alvarez y Antoine Griezmann en el ataque. Alexander Sorloth apunta de nuevo a la suplencia, como ocurrió ante el Betis y ante Las Palmas, salvo que el técnico prescinda de un central, sitúe cuatro atrás y dé recorrido al noruego arriba.
Enfrente, el París Saint-Germain recibe al Atlético de Madrid con mucha seguridad en su campeonato pero lleno de dudas en Europa, donde los resultados están siendo irregulares, tras la derrota en Londres frente al Arsenal y el empate en su estadio contra el PSV. Un contraste con la andadura de los de Luis Enrique en la liga francesa, donde acumula 26 de los 22 puntos posibles, no conoce la derrota y lidera con mano de hierro la tabla. Hasta el punto de que han aparecido debates antiguos en el club francés bajo pabellón catarí, sobre todo el que sostiene que el campeonato nacional no tiene suficiente nivel para preparar a los parisienses de cara al europeo.
La visita del Atlético aparece como una buena piedra de toque para conocer si el equipo es capaz de elevar su nivel y disipar las dudas mostradas en sus dos últimos duelos europeos. Porque Luis Enrique, que ha logrado montar un conjunto bien asentado, carece de la potencia ofensiva necesaria para doblegar grandes defensas, en un club que no ha decidido tirar de cartera para superar la salida de Kylian Mbappé. El surcoreano Lee Kang-in ha oficiado de falso nueve en los dos últimos duelos europeos, pero su bajo rendimiento en el puesto puede abrir la puerta a que sea el español Marco Asensio quien ocupe ese puesto contra los de Simenone.
Esa es la principal duda en el once de partida del técnico asturiano, junto al inquilino de la puerta, puesto que Luis Enrique ha relanzado al ruso Matveï Safonov en competencia con el italiano Gianluigi Donnarumma, lo que incrementa las dudas sobre la confianza en el transalpino. Titular ante el Lens este fin de semana, el meta ruso, que llegó a principios de temporada, aparece como una sombra sobre la cabeza del italiano que no termina de convencer.