El Shakhtar Donest lleva siete años fuera de Donest y de toda la región de Dombas. Y con la perspectiva del tiempo no parece que haya repercutido demasiado en el gran equipo ucraniano. El Shakhtar sigue consagrado al talento brasileño, a las contrataciones de jóvenes con potencial y a las individualidades en campo contrario. Con estas herramientas y poca masa social detrás, el equipo se ha acostumbrado a ser un equipo frío y peligroso, que no amedrenta a sus rivales en casa pero que es capaz de sorprender a cualquiera en su propio estadio. Bien lo sabe el Madrid, que hace un año perdió un partido en Madrid que creía fácil. El Shakhtar no ha cambiado demasiado.
Estilo: pausa y talento individual
El juego del Shakhtar siempre ha estado supeditado al perfil de sus jugadores. Defensas del este y delanteros brasileños. Con esto ha triunfado el equipo de Dombas y lo sigue haciendo, aunque De Zerbi trata de impulsar algunos cambios tácticos en el equipo. Pero esa forma de jugar ha resultado efectiva en la Champions, cuando rivales de más nivel se dejan llevar por un ritmo pausado y no son capaces de reaccionar a los cambios de ritmo de los ucranianos, que aceleran cuando empieza el acento brasileño. Dodo, Ismaily, Marlos o Maycon llevan el peligro por las bandas, a veces de forma caótica pero resolutiva.
Estrella: Marcos Antonio
Es uno de los jóvenes de este equipo llamados a salir hacia las grandes ligas en cuanto se pongan en el escaparate. Antonio es un centrocampista puro; antes jugaba más cerca del área pero sus características le han llevado a ocupar el mediocentro para empezar a construir el juego del equipo. Es hábil con el balón, inteligente y tiene una visión de juego que a menudo le permite dar pases en vertical que se convierten en grandes ocasiones. Pero en general Antonio destaca por su sencillez bien medida. De él depende a qué juega el equipo, dónde y a qué velocidad.
Debilidad: la defensa
El Shakhtar no suele pensar en defender cuando va al mercado de futbolistas y eso siempre se ha notado en los grandes partidos europeos. Pero este verano se ha roto la norma y ha llegado Marlon, otro brasileño pero diferente a sus compañero. Porque estará escoltado por Matviienko y ambos tendrán que cubrir las espaldas de Ismaily y Dodo, dos laterales muy ofensivos que no pone mucho empeño en sus labores defensivas. Por ahí tiene siempre una vía de entrada el rival del Shakthar, un equipo que no aguanta bien los asedios prolongados.