El Villarreal ha atravesado una pretemporada marcada por el coronavirus. Y es que entre positivos y contactos directos, Emery ha visto durante las últimas semanas como tenía que ir ajustando el trabajo de su equipo, teniendo que recurrir en varias ocasiones a entrenar de forma individual.
El conjunto amarillo llega a esta importante cita con las únicas bajas confirmadas de Coquelin, Parejo y Samu. Además, han viajado varios futbolistas entre algodones: Foyth o Alcácer no llegan a la Supercopa de Europa en plenitud de condiciones y podrían quedarse fuera. Mención aparte merece Pau Torres, que ha hecho un esfuerzo extra para no perderse el partido tras encadenar Eurocopa y Juegos Olímpicos. El central apunta al once inicial, lo mismo que el recién renovado Gerard Moreno.
Cerca de 1.500 aficionados apoyarán al Villarreal en las gradas del Windsor Park para intentar dar la sorpresa ante el poderoso Chelsea. Los de Tuchel fueron una apisonadora en la pasada Champions de la mano de jugadores como Kanté, Mount o Jorginho, aunque el técnico alemán ya ha avisado de que la mayoría de ellos no están para jugar 90 minutos.
La final de la Liga Europa como referencia
El Villarreal tiene claro que esa final ante el Manchester United debe servirle de ejemplo para intentar lograr el segundo título de su historia. Los amarillos deben mostrarse sólidos ante un Chelsea que puede echar en falta el tono físico que les hizo casi imparables en el tramo final de la Champions. “No hay que dejarles correr” aseguraba en rueda de prensa Manu Trigueros.