No era una misión sencilla, pero tampoco era algo imposible para una campeona del mundo. Vuelta al 'trabajo', tras la decepción del Mundial, y llegada de un nuevo entrenador con la misión de hacer olvidar Rusia y de ilusionar a una España deprimida tras el juego de la cita mundialista. No lleva mucho, pero Luis Enrique ha dejado claro que esta Selección está cerca de evolucionar.
Quedó claro en el primer partido. No necesitó más. De hecho, quedó claro en los primeros 20 minutos. Ya hizo lo propio con el Barça, cuando lo cogió en verano de 2014 tras un año bastante cuestionable con el Tata Martino y parece que hará lo propio con la Selección. No, no va a renunciar al estilo de toque y de llevar la iniciativa, pero no todo va a ser el pase por el pase. No todo va a ser tan previsible para el equipo rival.
Inglaterra ya lo comprobó. Sí, había juego raso y en corto, pero también movimiento, desmarque y, por qué no, algún que otro balón largo buscando la segunda jugada o algún rechazo afortunado. Rodrigo era el encargado de correr, y el equipo entero se encargaba de una alta presión en campo contrario para dificultar la salida de balón. Además, Saúl.
El 8 de España no tuvo ni un solo minuto en Rusia y tras Wembley la gran mayoría de aficionados al fútbol se preguntan por qué. El del Atlético hizo de todo, y todo lo que hizo fue positivo y bueno para el juego de los de Luis Enrique. Aportó la calidad que se presupone a un jugador de la Selección y lo que tiene de especial. Siempre corriendo, leyendo de forma perfecta lo que pedía el partido. Tocando rápido. Defendiendo. Atacando... y sí, marcando a los dos minutos del tanto de Rashford para el empate.
Precisamente la defensa es, posiblemente, lo que más tenga que trabajar Luis Enrique. Ciertos desajustes, falta de concentración y, evidentemente, un ataque inglés liderado por Kane que exige el máximo a cualquier zaguero y sistema defensivo. Concedieron no pocas ocasiones, sobre todo al final del segundo acto, pero David de Gea también dio una alegría a Lucho sobre todo con una parada a Rashford que evidenció que lo del Mundial fue algo pasajero. Reflejos, agilidad y buenas manos del para muchos mejor portero de la Premier League.
Toca corroborar las buenas maneras ante Croacia, subcampeona del mundo, en Elche. El Martínez Valero será el primer estadio español que vea a esta Selección que se está montando Luis Enrique. Una Selección que sigue siendo España, pero una España en evolución combinando el toque con la verticalidad y las llegadas a portería.