El partido dio comienzo con la sorpresa del 0-1, conseguido por Skoras al aprovechar un error defensivo de la zaga local a los dos minutos de juego. No reaccionó el equipo de Unai Emery ante el equipo polaco, que se mostró muy ordenado en defensa y apenas concedió espacios.
Sin embargo, poco a poco despertó el Villarreal, que le tomó el pulso al encuentro con penetraciones sobre todo por la banda derecha, aunque el empate llegó en un centro desde la izquierda por cuenta de Mojica que Chukwueze transformó en un magnífico tanto.
Era el minuto 31 y poco después, dos remates de Álex Baena habían cambiado un inicio dubitativo por una ventaja holgada de 3-1 cuando se llegaba al 40 de juego. El Villarreal había sido capaz antes del descanso de enderezar el rumbo de un partido que había empezado de la peor manera.
Cambio de guion en la segunda mitad
La segunda parte comenzó como la primera: con gol del equipo polaco. Esta vez fue de penalti tras unas manos de Mandi, pero el gol no estuvo acompañado de una reacción del Villarreal sino de un nuevo tanto visitante en el minuto sesenta.
El partido se había alejado del guion presumible más por el buen hacer del Lech Poznan que por las carencias del Villarreal. Fue necesario dar entrada a Parejo y Gerard Moreno para resolver el problema ante un rival que sin ser brillante, afrontó el encuentro sin ningún tipo de complejos.
Tras el empate, el Villarreal cobró una ligera ventaja en el control del juego. Fue Coquelin quien dejó, de forma agónica, los puntos en casa en un partido de alternativas y en el que el Villarreal sufrió mucho más de lo esperado para sumar los tres primeros puntos de la competición.
