Rafa Benítez, silbado por parte de la afición del Bernabéu como ya sucediera ante el Getafe, solo tuvo como preocupación la reacción que aún colea de la eliminación en Copa, porque en lo deportivo tuvo una noche plácida. El técnico rotó y dio entrada a varios jugadores no habituales, como Casilla en portería, Nacho y Arbeloa en defensa o Kovacic en el centro.
James e Isco siguieron sin rotar, como en el partido intrascendente de Copa ante el Cádiz, y escoltaron a un Cristiano que tampoco descansa junto con Benzema. Precisamente el francés volvió a despejar su cabeza con tres goles que confirman su buena racha.
La afición madridista solo tuvo que esperar doce minutos para cantar el primer gol. Cristiano centró desde la izquierda, Isco remató y el rechazo de Wiland cayó en Benzema, que solo tuvo que empujarla para firmar el primero.
Cristiano también sería partícipe más directo en el segundo tanto, aunque desde la derecha. El portugués galopó, realizó un buen centro y Benzema firmó un cabezazo impecable.
El Malmö, que fue perdiendo la vergüenza inicial poco a poco, tampoco creó peligro en la meta de Casilla y los de Benítez no se conformaron con adelantarse en el marcador. El Madrid generó, se acercó a la meta de Wiland y volvió a mostrar el buen juego exhibido ante el Getafe.
Cristiano, histórico: máximo goleador en fase de grupos...
La duda, como en todos los encuentros, residía en saber si el Madrid mantendría el ritmo en la segunda mitad. Y lo mantuvo de la mano de Cristiano, que se convirtió en el único jugador en lograr más de 10 goles en una fase de grupos de Champions, superando a Van Nistelrooy.
...y el Madrid iguala la mayor goleada en Champions
No fue el único récord. Un equipo de Benítez volvió a lograr la mayor goleada histórica en Champions, igualando la que consiguió el entonces técnico del Liverpool contra el Besiktas, también por 8-0 en 2007, hace ocho años.
Los de Benítez siguieron con la asfixiante presión sobre el Malmö y el equipo sueco no pudo más que asistir a la exhibición madridista a la que también se sumó Kovacic. Así, la recta final convirtió cada jugada en una guerra individual en la que cada jugador buscaba su gol. El Madrid se despide así de la fase de grupos con mucha tranquilidad y se prepara de cara a la fase decisiva de la competición. Ahora viene lo importante.
