El Barça salió al terreno de juego del Signal Iduna Park con la tranquilidad del 4-0 de la ida y pese a que en los primeros instantes incomodó a la defensa rival, desde el minuto cinco los locales lograron meterles dentro de su propia área. De hecho, Szczesny tuvo que intervenir hasta en cuatro ocasiones en menos de seis minutos. Sin embargo, en el minuto ocho llegó la tragedia. Adeyemi que estaba siendo una auténtica pesadilla, filtró un balón envenenado para Gross, que se adelantó a Szczesny y que acabó derribado por el guardameta polaco. Guirassy hizo lo propio y de panenka engañó a Szczesny poniendo el primero en el marcador.
El gol despertó al Barcelona, que poco a poco intentó controlar el balón y empezó a encontrar a los tres mosqueteros de arriba, pero con un ojo puesto en la zaga, ya que cada pérdida de De Jong, el peor de la primera parte, era penalizada con una contra vertiginosa. En el minuto 25 llegó la primera ocasión clara para los azulgrana en la que Lewandowski erró en la elección del pase y malogró un tres contra uno que acabó en fuera de juego. Los minutos siguieron corriendo y con ellos las imprecisiones de ambos equipos en ataque. Aunque daba la sensación de que el Barça, si pisaba el acelerador, encontraba la puerta de Kobel.
Antes del descanso llegó el enésimo susto para los de Flick. Pérdida en el centro del campo que aprovechó Bensebaini para poner un balón que Adeyemi hizo bueno y, en el mano a mano, salvó Szczesny el que hubiera sido el despertar de todos los fantasmas.
La segunda parte no empezó mejor para los de Flick, a los tres minutos de la reanudación el Borussia tuvo una triple ocasión que convirtieron a Szczesny en héroe. La jugada acabó en córner y del bote del saque de esquina vino el segundo gol de los locales. La apuntó Bensebaini en el segundo palo y en el primero la empujó Guirassy para que al Barça le entrase el canguelo. Sin embargo, esta vez sí que hubo respuesta. A los dos minutos del segundo local, Koundé le puso un balón por la derecha a Fermín que controló, vio la llegada de Lewndoswski al primer palo, hacia él fue el balón con tan buena suerte que se cruzó Bensebaini por delante y marcó en propia.
A partir de entonces, y pese a la entrada de Pedri, el partido se convirtió en un correcalles y en un concurso por ver quién perdía más balones en la salida de balón. Esto provocó que Fermín tuviese dos ocasiones clarísimas que no pudo materializar, una se marchó por el lateral y la otra por encima del larguero.
Con la entrada en la recta final del partido, el ritmo fue decayendo progresivamente. El Dortmund ya no era ese equipo que presionaba de forma incesante, sin embargo, castigaba cada error del Barça. En el minuto 75 un balón que parecía que iba a salir de banda lo recogió Duranville que aguantó a dos y la puso al corazón del área pequeña donde Araujo no acertó a despejar y la dejó muerta para el hat trick de Guirassy, y pudo ser aún peor porque al minuto siguiente el linier anuló otro gol del Dortmund por fuera de juego de Brandt.
Los últimos minutos y la entrada de Dani Olmo, Eirc García y Ferrán no dieron aire fresco al equipo, que no solo no mejoró, sino que ahondó aún más en los nervios, las imprecisiones y la falta de carácter. Sin embargo, el final fue feliz, el Barça estará en semifinales y se medirá al PSG en lo que será el retorno de Luis Enrique a Barcelona. Aunque Flick deberá trabajar más los nervios de su equipo.