Llegaba el Madrid como favorito al partido de vuelta de las semifinales de Copa por estado de forma y por tener la ventaja del 0-1 de la ida. Ancelotti sorprendió con varios movimientos en el once. El principal la titularidad de Endrick en detrimento de un Mbappé que descansó, junto a Rudiger, en esta ocasión. También fueron titulares Alaba en el centro de la defensa y Camavinga en el lateral izquierdo.
Pero el primer golpe lo dio la Real. Se había asomado un par de veces el Madrid al área de Remiro, pero al cuarto de hora Barrenetxea aprovechó una gran peinada de Oyarzabal para plantarse solo ante Lunin y batir al ucraniano. Los de Imanol igualaban la eliminatoria muy pronto.
La respuesta del Madrid fue rápida con dos llegadas de Bellingham y Rodrygo, y antes de cumplirse la media hora de encuentro empató el partido y volvió a ponerse por delante en la eliminatoria. Vinicius se inventó un pase maravilloso con el exterior al más puro estilo Luka Modric para dejar solo a Endrick ante Remiro y que el joven brasileño definiera picando el balón por encima del portero.
Aprovechaba así Endrick su oportunidad marcando su quinto gol en Copa del Rey y convirtiéndose en el futbolista más determinante del Real Madrid en esta competición esta temporada. El brasileño marcó un doblete en la prórroga ante el Celta en octavos, también anotó en cuartos ante el Leganés y ha firmado dos importantes goles (uno en la ida y otro en la vuelta) ante la Real Sociedad en semifinales.
El empate del Madrid durmió un poco un partido en el que pasaron pocas hasta los últimos veinte minutos. Bellingham pidió un penalti en la segunda parte por un manotazo de Remiro y la Real Sociedad tuvo una gran ocasión en los pies de Zubimendi para ponerse por delante, pero Lunin le negó el gol.
No le negaría el gol dos minutos más tarde a Pablo Marín en una jugada en el que txuri-urdin encaró a Camavinga, llegó a línea de fondo y sacó un centro atrás que se coló en la portería madridista después de un desvío de Alaba. Quedaban veinte minutos y la eliminatoria volvía a estar igualada.
Iba a volverse loco el partido desde entonces. La Real Sociedad marcaría el 1-3 en un disparo de Oyarzabal que desvió Alaba y ante el que nada pudo hacer Lunin.
El Real Madrid se echó arriba y logró empatar el partido en dos zarpazos. El primero de Bellingham tras una gran jugada individual de Vinicius y el segundo de Tchouaméni con un remate de cabeza a la salida de un córner.
Parecía capeado el temporal, pero el partido aún nos tenía preparado un último giro. Botó Sergio Gómez una falta lateral al corazón del área donde Lunin falló en la salida y Oyarzabal ganó en el salto a Alaba para mandar el partido a la prórroga.
En el tiempo extra mandó el cansancio y el miedo a los errores. Tuvo el Madrid el gol en las botas de Vinicius, pero la gloria estaba destinada, como en la tanda de penaltis de hace unas semanas en el Metropolitano, para Antonio Rudiger.
El central alemán entró en la prórroga para sustituir a Alaba y en el minuto 115 aprovechó un córner botado por Arda Guler al primer palo para rematar de cabeza y meter al Madrid en la final de Copa del próximo 26 de abril.