Un mayúsculo error del belga Lucien Agoumé que supuso el penalti que marcó el partido y dejó al Sevilla con diez, reanimó este sábado a un Leganés que se reencontró con un triunfo (1-0) que le distancia de la parte baja de la clasificación, mientras que el Sevilla se aleja de Europa en el partido 700 de Jesús Navas con el conjunto que ahora dirige Xavi García Pimienta.
La acción, en el tramo final, en el 80, casi sin opción para la reacción de los visitantes, fue lo único que agitó un partido plano hasta entonces, plagado de precauciones de ambos y sin ocasiones de gol. Marcó el choque la jugada que frena la ilusión del Sevilla y aleja las preocupaciones madrileñas antes del parón internacional.
No estuvo el partido a la altura de Jesús Navas, que salió al campo a veinte minutos del final y alcanzó los 700 encuentros con el Sevilla: 512 en Liga, 67 en Copa del Rey, 5 de la Supercopa de España, 47, de Copa de Europa, 65 de la Copa de la UEFA y cuatro de la Supercopa de Europa.
El Leganés y el Sevilla justificaron su situación en la tabla. El cuadro madrileño, que solo había ganado uno de sus últimos diez partidos y que resumía su trayecto con cuatro empates y cinco derrotas, da la sensación de estar todavía en plena adaptación a la nueva categoría y jugar con el freno de mano echado. Sin decidir si atacar y poner en riesgo un punto, o mantenerse amparado por el orden para evitar daños mayores.
No lo entendió así el Sevilla, resignado a los nuevos tiempos con los que tiene que convivir, lejos del carácter de años atrás, cuando formaba parte de los aspirantes a logros mayores. Ahora, adaptado a otro momento, con el que ya cohabitó el pasado curso, pretende crecer con los mimbres de que dispone su entrenador, Xavi García Pimienta.
Por eso no pasó nada durante mucho tiempo. El Leganés, que pelea por no caer a la zona de descenso y vive en el alambre, mantuvo el tono plano, a la espera de su ocasión. No tuvo excesivos problemas para resolver el reto sevillista que fue de menos a más. Solo sufrió un rato el Leganés cuando empujó el conjunto visitante al principio del partido, especialmente en las acciones a balón parado, trabajadas.
Como la que llegó tras un córner, que peinó el belga Sambi Lokonga al segundo palo donde llegó Lucien Agoumé que no alcanzó a empujar la pelota a la red con el meta ya batido. O la de Kelechi Iheanacho, el más peligroso del cuadro andaluz. Cuando desequilibró no encontró compañía. Apretaba el Sevilla, desahogado en la tabla y con un puesto europeo a tiro, a cuatro puntos. no fue motivo suficiente para arriesgar más. De hecho, decayó y el Leganés lo entendió.
Un par de tiros de Munir, uno que dio en el lateral de la red fue celebrado, y la movilidad de Miguel de la Fuente, eran las amenazas más fiables de los locales. Pero el meta Álvaro Fernández estuvo siempre al quite. Amenazas sin concretar y acercamientos al área sin ocasiones.
Javier Hernández, en el último cuarto de hora, tuvo una ocasión pintiparada. Se plantó solo ante Álvaro, que tapó lo justo para provocar que el tiro no llegara a puerta.
Entonces llegó el error de bulto del belga Agoumé cuando quiso enviar el balón a su portero, sin fuerza, y tuvo que agarrar al guineano Cisse. Un claro e ingenuo penalti que transformó Miguel de la Fuente y dejó al Sevilla con diez hombres por la expulsión del infractor.
El duelo se enredó al gusto del Leganés, ya con el marcador y el reloj a favor ante el desquicie de su rival, en inferioridad y con excesivas prisas e imprecisiones que no evitaron su segundo revés seguido antes del parón internacional.