Después de una semana larga y extenuante, la campeona del mundo fue capaz de olvidar todo el cansancio mental y físico y ganar a la número uno del mundo, Suecia, y conseguir tres puntos vitales gracias al penalti anotado por Mariona Caldentey en el minuto 95.
Ese preciado botín logrado ante las suecas debe ahora hacerlo valer con su estreno como local en Córdoba, una ciudad que se va a volcar para agasajar a las españolas, para acabar este agitado parón con los deberes deportivos hechos. España se reencuentra con una Suiza que fue su primer obstáculo en los cruces decisivos del pasado Mundial, partido que ganaron 5-1.
Montse Tomé, cuya figura como seleccionadora aparece mucho más asentada debe decidir si renueva mucho su once o mantiene el que le funcionó bastante bien en Gotemburgo. Lo normal es que no tocase demasiado cada una de las líneas visto el rendimiento y que las novedades sean mínimas.
Suiza, necesitada y con bajas claves
El equipo que dirige Inka Grings se presentará en Córdoba sin seguramente sus dos mejores futbolistas, las delanteras Ana-Marie Crnogorcevic, a la que la seleccionadora decidió dar descanso que no sentó bien a la nueva jugadora del Atlético ni en el vestuario, y Ramona Bachmann, que tuvo que dejar la concentración por una lesión en el pie sufrida ante las italianas.