Los catalanes arrancaron bien, pero su intensidad se diluyó. Su primer aviso llegó a los cinco minutos. Caicedo superó a la defensa con una gran carrera individual y asistió a Víctor Álvarez, que intentó un tiro cruzado desde la izquierda. Su disparo salió desviado.
El Granada, por su parte, también deseaba cambiar pronto el signo del choque. Primero Javi Márquez, exblanquiazul, y luego Foulquier pusieron a prueba a Pau López. Los de Sandoval mostraban más insistencia en el área rival que el anfitrión, con dificultades para llegar a campo contrario con claridad.
El Espanyol se creció en el tramo final de la primera parte, aunque presentaba un juego ofensivo trabado. Marco Asensio, cerebro arriba de los catalanes, no era tan protagonista como en otras ocasiones. Caicedo, delantero centro, apenas recibía balones. El conjunto nazarí frustraba sus ocasiones.
La insistencia blanquiazul fue creciendo. En el minuto 44, los locales reclamaron penalti después de que Duarte cayera en el área tras regatear a Rubén Pérez. El árbitro no señaló falta y ambos equipos se fueron al descanso con un empate a cero.
En la reanudación, Success salió decidido a renovar el sabor insípido del pulso. El atacante probó suerte ante Pau a los cuatro minutos y su tiro acabó en el lateral de la red. El Granada no se conformaba con el equipo y finalmente, aunque sin muchos más méritos que el Espanyol, tuvo su recompensa.
Babin cabeceó una asistencia de Piti en el minuto 58: la parábola fue imposible para el portero Pau. Los blanquiazules quisieron enmendar su error y se lanzaron en tromba al área de Andrés. Pese a todo, la defensa de Sandoval se mostró sólida. El técnico local, Sergio González, dio entrada a Mamadou por Cañas para buscar el gol.
El planteamiento andaluz era ahora más conservador tras su ventaja en el electrónico. Seguían confiando en la velocidad de Success en las contras, pero calibraban mejor el riesgo. Precisamente una de estas acciones provocó la segunda amarilla de Correa. El Espanyol debía reaccionar con diez en 20 minutos.
Los catalanes tuvieron oportunidades de remontar, como un cabezazo de Caicedo en el 72 o una ocasión de Abraham, que debutaba esta temporada, en el 83. En ambos casos faltó poco para el empate. La victoria del Granada, cómodo, tranquilo y arañando minutos, parecía clara.
Aunque todavía faltaba el último acelerón de Felipe Caicedo. El ecuatoriano sacó petróleo de una jugada caótica que cerró el partido. Marco Asensio conectó el centro de Mamadou, rebotó en el larguero y frenó el portero Andrés. Asensio volvió a rematar y el rechace le llegó al ecuatoriano, que acabó con el suspense.