La selección de Bélgica demostró su liderazgo frente a una Rusia impasible con un triunfo (3-0) gracias al doblete de Lukaku y un gol de Meunier en San Petersburgo. El equipo de Roberto Martínez jugó durante todo el partido como una máquina sin fisuras y se postula como uno de los grandes favoritos para ganar la Eurocopa. Rusia, por su parte, destacó por su fragilidad, sobre todo en la primera parte y en defensa.
El partido estuvo a punto de aplazarse debido al desplome de Christian Eriksen, jugador danés en el encuentro disputado contra Finlandia. Sin embargo, la UEFA decidió seguir adelante con la competición una vez confirmada el mejor estado de salud del jugador. Lukaku, compañero de Eriksen en el Inter de Milán, le dedicó su primer gol al danés, que metió a los 9 minutos del inicio del partido.
El gol de Lukaku era un claro fuera de juego, pero el error de Semenov tocando el balón fue suficiente para que ni el VAR ni Mateu Lahoz, consideraran anularlo. Rusia prácticamente no se acercó a la portería de Courtois, el meta belga. En un centro de Thorgan Hazard, despejado por el portero ruso Shunin, fue aprovechado por Meunier, que acababa de entrar al terreno de juego, anotando el segundo gol para Bélgica (2-0).
A la vuelta del descanso, los rusos volvieron con cambios y ánimo. En esta segunda parte, Courtois tuvo que despejar algunos disparos de Rusia, pero los rusos no lograron imponerse a los belgas, que decidieron reservar fuerzas y optar por posesiones largas. Eden Hazard saltó al campo los últimos 20 minutos, pero aunque intentó meter gol en dos ocasiones, no anotó ningún tanto. Finalmente fue Lukaku, que aprovechó un pase de Meunier poco antes del pitido final, quien metió el tercer gol de Bélgica en el minuto 88 del partido.