Independientemente del resultado de los cuartos final contra Alemania, si para algo ha servido esta Eurocopa en términos nacionales, es para albergar esperanza y para ilusionarse con el futuro de unos chavales que juegan como si estuvieran en el patio del colegio. Nico Williams solo tiene 21 años, es el extremo izquierdo titular del Athletic Club y de la selección española; el caso de Lamine Yamal es, si cabe, más sorprendente, al menos por edad: tiene 16 años y es el extremo derecho del FC Barcelona y, también, del combinado español. Echando cuentas: los dos juntos no alcanzan ni la edad de Cristiano Ronaldo.
Y, por dar algún dato más que llene de épica todo este asunto, Williams cumplirá 22 el próximo 12 de julio; Yamal llegará a las 17 primaveras, un día después: el 13 de julio. El domingo 14 es la final de la Eurocopa. ¿Habría un regalo mejor? Quizás es mucho soñar, dada la juventud de una selección que debe enfrentarse a la veteranía de los germanos y, si pasan a semifinales, al ganador del Francia vs. Portugal; aunque suene paradójico, la final sería algo más asequible si nos fijamos en el otro lado del cuadro. Pero si algo han demostrado los de De la Fuente, es jugar con la personalidad más fuerte del campeonato.
Volviendo a lo individual, parte de la culpa de que España esté maravillando en esta Eurocopa la tienen Yamal y Williams. Dos jugadores que bien se merecerían una cámara fija en cada encuentro. Y es que Leroy Sané lo ha resumido a la perfección: "Son impresionantes de ver a esa edad". Si nada se tuerce, el ataque de la selección por las bandas está asegurado para los próximos lustros. Encima, es hasta entrañable ver su relación de amistad fuera de los terrenos de juego.
La increíble historia de Nico Williams
No son pocas veces las que se ha hablado de la historia de Nico Williams y de su hermano Iñaki -también atacante en el Athletic de Bilbao-. Sus padres, originarios de Ghana, llegaron a España en abril del 94, tras cruzar el desierto del Sáhara. Entonces, habría sido rematadamente imposible pensar en el futuro que les esperaba.
Así hablaba de sus progenitores, el mayor de los dos, en una entrevista en The Guardian: "Llegaron a Melilla, saltaron la valla y la Guardia Civil los detuvo. Al no tener papeles y venir como inmigrantes, te deportan. Cuando estaban en la cárcel fue un abogado de Cáritas el que les dijo que tenían que explicar que llegaban de un país en guerra. Dijeron que venían de Liberia para solicitar asilo político. Fue entonces cuando Cáritas les puso en contacto con un hombre de Bilbao que podía ayudarles".
En julio del 94, en Bilbao, nació Iñaki; en el año 2002, en Pamplona, nació Nico. Este último, ahora tiene a media Europa suspirando por él y por una cláusula de 50 millones de euros que, teniendo en cuenta su talento y proyección, parecen calderilla.
Lo cierto es que de Nico Williams no se destaca, en exceso, sus cifras goleadoras. Este año, en competición doméstica, ha llevado el balón hasta el fondo de la portería en cinco ocasiones. A juzgar por lo que se ve sobre el campo, no sería descabellado pensar que ese dato llegará a los dos dígitos más pronto que tarde.
Y ahí rádica parte del asombro que está generando en esta Eurocopa: no es solo lo que se ve y todo lo que genera en ataque. Dota de una verticalidad al juego que solo está al alcance de unos pocos, tiene criterio para elegir el mejor pase que se transforma en una precisión que roza el 80% y tampoco es desdeñable su sacrificio en defensa, con una media de casi 5 recuperaciones por partido.
Con todo, Nico Williams es, básicamente, todo lo que se puede llegar a ver. Es pensar que el jugador que es hoy será muchísimo peor que el que será mañana.
Lamine Yamal, una nueva esperanza
Lamine Yamal es uno de esos ejemplos que muestran que para llegar puedes tener suerte, pero para mantenerte, hace falta tener talento. Aunque ya se atisbaba que sería importante en el Camp Nou, la pura necesidad del equipo blaugrana -mermado económica y deportivamente- lo precipitó desde el juvenil A hasta el primer equipo en la 2022/2023, sin pasar por el Barça Atletic y con tan solo 15 años. Unos meses después, ya tenía ficha del primer equipo para la 23/24.
El jovencísimo nacido en Esplugas de Llobregat tiene una jugada característica en la que parte desde la banda derecha y, a pierna cambiada, se acerca hasta la frontal del área, driblando rivales, para forzar un tiro o un pase. Una forma de generar juego -y peligro- que evoca una serie de recuerdos que tienen nombre y apellidos (llevaba el 10 a la espalda...). Quizás por eso, Yamal se ha erigido como la nueva esperanza entre la afición blaugrana... y entre la de España, si atendemos al fútbol de selecciones.
El mundo del fútbol se ha rendido ante a un chaval que con solo 16 años ha provocado que los equipos rivales le empiecen a plantear una defensa de 2 vs. 1 para frenarle. Que en la temporada pasada ha jugado 22/37 partidos de titular. Que ha ganado más de la mitad de los duelos a los que se ha enfrentado. Que, en la Eurocopa, tiene una precisión de pases de casi el 90% y que hace casi 3 regates exitosos por partido.
Pronosticar dónde puede llegar Yamal sería como ponerle techo. Y si algo ha demostrado el extremo titular de la selección, es que cuando se trata de él y de fútbol, buscar el lado verosímil o racional, carece de toda lógica.