La última década en Italia ha sido una locura inverosímil. En mitad de dos mundiales ausentes, los italianos se proclamaron campeones de la Euro 2020, con pleno merecimiento y desplegando un fútbol alegre y vistoso.
Pero tres años después de aquella victoria en Wembley, Italia sigue buscándose a sí misma con muchas dificultades. Algunos de sus mejores jugadores de la Euro están a muy bajo nivel y al seleccionador Mancini le ha pasado por encima del tsunami de una segunda decepción mundialista. Ahora, con Spalletti rescatado del éxito con el Napoli, Italia se intenta reponer a última hora y volver a ser lo de siempre, un equipo temible.
El Objetivo: volver entre los grandes
No es razonable pedirle a Italia que reedite el título de campeón. Aquello queda ya muy lejos y las esperanzas pasan por, simplemente, hacer un buen papel. Para ello tendrán que pelear de tú a tú con España y Croacia y meterse en octavos como sea; y después agarrarse al torneo y que nadie les elimine con suficiencia. Una derrota honrosa en eliminación directa sería un espaldarazo para el recién nacido proyecto de Spalletti y nadie es capaz de exigir más. La reconstrucción pasa por el próximo Mundial, si es que es posible mirar a largo plazo.
Italia se intenta reponer a última hora y volver a ser lo de siempre, un equipo temible
A la espera de un crack
Italia espera un nuevo crack desde la retirada de Totti y Del Piero. No ha habido relevo. En 2021 la delantera la formaban Insigne, Immobile y Berardi y hoy ninguno de los tres cuenta con opciones.
De los campeones sólo Barella se mantiene con buen nivel, pero no ha dado el paso para ser crack, y los emergentes Chiesa y Zaniolo han tenido más problemas de grandes actuaciones. Ni siquiera Donnarumma es hoy una realidad fiable, por lo que Italia volverá a confiar en una buena defensa, la del inter, para apuntalar al equipo, además del carrilero Dimarco, que ha hecho tan buena temporada que ha propiciado el cambio de esquema.
Debilidades: falta de gol
No hay un killer. Immobile lleva dos años desaparecido y Raspadori y Scamacca no han crecido como se esperaba. La Federación se fue a Argentina a nacionalizar a Retegui, pero tampoco parece un nueve de garantías para una selección grande. Italia depende de los llegadores para hacer goles y eso le resta oportunidades.
