Los azulgranas, que se jugaban buena parte de la permanencia en este partido porque llegaban a este choque a seis puntos del Rayo, hicieron un planteamiento timorato, cedieron el balón a los donostiarras y esto les salió caro de inicio.
Los locales ya habían dado varios avisos al equipo valenciano con un inspirado Carlos Vela y en el minuto 13 fue el otro mexicano del equipo, Diego Reyes, el que marcó un gran gol tras una jugada por un lateral del área del defensa Yuri.
Reyes se sacaba la espina del tanto que marcó el martes en el Vicente Calderón en propia portería.
Tras el gol, los vascos relajaron sus nervios y trataron de encerrar en su área al conjunto de "Rubi", que en un contraataque tuvo el empate en botas de Lerma en un disparo lejano.
El disparo de colombiano lo desvió a córner Rulli en una buena estirada pero, al saque de esquina, llegó el gol del brasileño Deyverson, con un lejano y bello remate de cabeza que sorprendió a toda la zaga blanquiazul.
El Levante adelantó sus líneas tras el descanso y dio otro susto a los aficionados de Anoeta en un duro disparo de Toño García que despejó con una efectiva palomita el argentino Rulli,
Vela seguía muy activo y también buscaba su oportunidad con un disparo que besó el larguero y un gol anulado por un fuera de juego que el jugador azteca no tuvo muy claro.
La entrada de Bruma dio nuevos bríos a la Real y generó no pocos problemas al equipo valenciano, que tuvo que emplearse a fondo para que sus acometidas no llegaran a buen puerto, sobre todo en dos ocasiones en las que se quedó sólo ante Mariño pero el portugués no tuvo su tarde.
Ambos equipos siguieron en su búsqueda del gol en una segunda mitad movida aunque con escaso acierto, en la que se evidenció por qué el Levante está abajo en la tabla y los donostiarras no mucho más arriba.