La Fiscalía solicitó cadena perpetua para el acusado de atentar con bomba contra el autobús del Borussia Dortmund el pasado 11 de abril de 2017 cuando el equipo alemán se dirigía a jugar la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones en su estadio ante el Mónaco.
En su alegato ante el jurado, el fiscal Carsten Dombert describió como un intento de asesinato múltiple el ataque que admitió haber cometido Sergej W., un alemán nacido en Rusia que detonó tres artefactos explosivos con piezas de metal de fabricación casera al paso del autobús del Dortmund y que provocó la suspensión del encuentro hasta 24 horas después.
El defensa español Marc Bartra, entonces jugador del Dortmund, y un policía en motocicleta resultaron heridos en el ataque. El futbolista catalán tuvo que ser intervenido debido a una fractura del radio de la mano derecha y fue baja durante varias semanas.
A pesar de que en un principio se pensó que el ataque tenía una motivación terrorista porque en el lugar de la explosión fueron halladas tres cartas que apuntaban a vínculos islamistas, finalmente la Policía alemana detuvo como responsable a Sergej W., quien confesó en el juicio que su objetivo era enriquecerse con una operación financiera haciendo caer en la Bolsa el valor de las acciones del Dortmund.
Según las investigaciones, el hombre, un técnico electrónico de profesión, había activado los explosivos después de adquirir el mismo día del ataque 15.000 opciones de compra de títulos del Dortmund, el único club de la Bundesliga que cotiza en Bolsa. Sergej W. fue detenido diez días después del atentado, tras ser vigilado por la Policía.