Tras una década de domino juventino en el fútbol italiano, el Inter volvió a ganar el scudetto la temporada pasada, dominando el campeonato con presión, rigor defensivo y una plantilla profunda liderada por el exuberante Romelu Lukaku. El belga se ha ido, además de Achraff y el hacedor de campeones Antonio Conte, pero el equipo se ha rehecho a las bajas y los problemas financieros y mantiene una gran plantilla. Además, el nuevo técnico Simone Inzaghi le ha dado una pátina de fútbol alegre y ofensivo que tendrá que contrarrestar una ligera pérdida de rigor defensivo.
Estilo: ataque combinativo
Inzaghi cambió la cara de la Lazio radicalmente hasta convertirla en un equipo muy atractivo. En el Inter no debe costarle tanto, con mediocampistas de toque como Barella, Calhanoglu o Sensi, dos carrileros incisivos como Perisic y Dumfries, y la inteligencia y finura de Dzeko combinando con Lautaro. Unos mimbres suficientes para dominar el fútbol en Italia y para esconderle la pelota al mejor de los equipos europeos. Aún así, el Madrid llega al partido lo suficientemente pronto como para que el nuevo estilo interista muestre aún sus fisuras. Eso sí, para tapar goteras Inzaghi cuenta con un buen fontanero: Arturo Vidal.
Estrella: Barella
Ha sido su verano y ahora todos los galones han caído sobre él. A sus 24 años se ha convertido en la pieza fundamental de la selección italiana y del Inter para que la sala de máquinas genere fútbol. Nicolò presiona, achica espacios, combina, empieza las jugadas y cada vez llega con más facilidad y brillantez al área rival. Un todocampista ligero pero consistente del que el Inter necesita cada vez un poco más, acompañado como está por dos compañeros, uno con el que asociarse y otro para guardar las espaldas. Tapar a Barella significa cortar el cable de transmisión del equipo.
Debilidad: los errores
El equipo está en transición, dulce pero transición; y se nota. En las primeras jornadas se han visto algunos desajustes defensivos que han provocado cambios en defensa y en la medular, donde siempre acaba apareciendo Vidal para tapar agujeros. Además, el tiempo de Handanovic como portero milagro parece llegar a su fin y hemos visto algunos errores de bulto del guardameta esloveno. Son ya 37 y la magia en el fútbol no dura para siempre. Quizás es el momento de probar desde fuera del área.
