Jermaine Defoe protagonizó una historia digna de ser contada. El jugador del Sunderland, junto con John O'Shea, Vito Mannone y Sebastian Larsson, acudió al hospital para ver a Bradley Lowery, un niño de cinco años que sufre neurblastona, una enfermedad terminal.
Bradley vivió la visita de sus ídolos, pero la de Defoe le hizo especial ilusión, tanta que le pidió que se quedase a dormir con él.
El futbolista accedió y pasó la noche con el pequeño, dándole una de las mayores alegrías que podía recibir.