La Comisión Electoral concluyó que "tras examinar las solicitudes reúnen los requisitos reglamentariamente establecidos y que a las mismas se acompañan las cartas de presentación de miembros de la Asamblea General, en número que cubre el mínimo que de los mismos exigen las normas que rigen estos comicios".
El documento de la Comisión Electoral no precisa los avales aportados por cada uno, que según el reglamento deben suponer un 15% de los miembros de la Asamblea General (21). Sí indica que ahora caben recursos ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) en plazo de dos días hábiles.
A expensas de esos posibles recursos y a la espera de su proclamación definitiva, Larrea y Rubiales encaran el tramo final de un proceso que situará hasta 2020 a uno u otro en el cargo que durante 29 años ocupó Ángel María Villar de forma ininterrumpida. Con éste destituido por el TAD y objeto una investigación de la Audiencia Nacional por posibles irregularidades en su gestión, dos de quienes fueron sus "fieles" afrontan el pulso por relevarle.
Larrea (San Sebastián, 1953), que ha sido tesorero de la RFEF desde 1988 y asumió la presidencia el 22 de julio cuando Villar fue enviado a prisión, de la que salió doce días después tras pagar una fianza, arranca con 70 avales de los 139 asambleístas.
Rubiales (Las Palmas, 1977) fue jugador de clubes como Lleida, Xerez y Levante y presidió la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) desde 2010 hasta noviembre de 2017. Entonces dejó el cargo para promover una moción de censura contra Villar, que finalmente no se desarrolló por la destitución de éste.
Su candidatura la formalizó con "más de 30 avales", aunque dijo disponer de más de 87. La normativa permite que los asambleístas avalen a más de un candidato. Cuando Rubiales promovió la moción de censura su iniciativa estaba respaldada por 57 miembros de la Asamblea, aunque disponía de un documento notarial que certificaba contar con 88 avales.
Esa iniciativa, formalizada a finales de noviembre fue el motivo por el que Rubiales dejó la presidencia de la AFE y su puesto en la junta directiva de la REFE. La votación de moción sí fue estimada por la Comisión Electoral, pero la decisión posterior del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) de destituir a Villar hizo que ésta concluyera que no había lugar a la misma.
Todo ello provocó que a finales de enero la junta directiva que Larrea presidía desde la suspensión de Villar, como miembro más antiguo de la directiva -fue su tesorero desde 1988-, se constituyera en junta gestora y convocara las elecciones a la presidencia para 9 de abril.
La celebración de la asamblea para votar presidente ha estado a la espera de un dictamen del Consejo de Estado solicitado por el TAD, órgano que, al admitir un recurso del presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Ramón Lete, estimó que el último proceso electoral de la RFEF debía repetirse en tu totalidad: elección de Asamblea y después de presidente y Comisión Delegada.
Para el TAD, Villar usó "su cargo para favorecer su reelección (el 22 de mayo de 2017) en términos contrarios a los principios de transparencia, objetividad e igualdad que deben regir los procesos electorales federativos, así como uno de los pilares esenciales de estos procesos como es la libertad del voto de los electores".
El pasado 1 de marzo el Consejo de Estado se pronunció a favor de que se eligiera de nuevo presidente, pero únicamente éste, y hace tres días el TAD resolvió en el mismo sentido.