Lionel Messi sigue grabando a fuego su nombre en la historia del fútbol. El 10 del Barcelona, para muchos el mejor jugador del mundo, puso de nuevo en pie al Camp Nou con un lanzamiento de falta raso que sirvió para abrir la lata en el primer partido de Liga ante el Alavés, y para hacer el gol número 6.000 de los culés en la competición doméstica.
Fue superada la primera hora de juego, cuando el argentino colocó con mimo el balón en la frontal del área para ponerlo tras su golpeo en las redes de Pacheco. Lo hizo como solo los genios saben, con un tiro raso que aprovechó el salto de la barrera para entrar sin oposición en el arco rival. En el descuento haría su segundo tanto de la noche, que supuso el definitivo 3-0 para el Barça.
Hace más de nueve años, en febrero de 2009, Messi también se encargó de poner el gol 5.000 en la cuenta liguera del Barcelona con una diana ante el Racing de Santander.