CHAMPIONS LEAGUE | Slavia Praga 1-2 BArcelona

Messi y Suárez dan una sufrida victoria al Barcelona y acercan la clasificación a octavos

Leo Messi y Luis Suárez han sido los autores de los tantos del FC Barcelona en Praga para conseguir una victoria que les acerca a los octavos de final en Champions League. Los de Valverde encajaron un gol y sufrieron en varios momentos del partido.

ondacero.es

Madrid |

Messi celebra con Arthur su gol al Slavia | Reuters

El FC Barcelona ha ganado este miércoles al Slavia Praga (1-2) en el Eden Arena de la capital checa, en el tercer partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones, tras un mal duelo en el que sufrieron y se vieron encerrados por un equipo local que no puntuó por el buen hacer de Marc-André Ter Stegen y por la mala fortuna de marcarse en propia portería.

Los blaugranas salen líderes de esta ardua batalla de Praga en la que estuvieron mal. Empezar marcando, en el minuto 3, y complicarse la vida hasta tal punto que debes la victoria a tu portero y a la fortuna de un autogol del rival no es como para celebrar nada, por mucho que a nivel de objetivos el trabajo esté hecho.

Todo parecía ir de cara cuando Leo Messi, en el minuto 3, recuperó un balón y se la dio a Arthur, que se la devolvió al argentino, ya dentro del área, para que rematara de primeras con la zurda a la red. Se estrena Messi en esta 'Champions', en la que sigue sin marcar un aciago Luis Suárez que no tuvo ni la suerte de que le dieran el gol que fue, finalmente, en propia de Olayinka.

Pero esa fortuna, ese casi centro atrás que el delantero del Slavia Praga se introdujo en su propia puerta, dio tres puntos de oro a un Barça que es líder, en combinación con la victoria del Inter de Milán sobre el Borussia Dortmund. El camino hacia octavos está encarado, pero la agonía vivida en Praga debe ser un serio aviso para un Barça que sigue sin convencer.

Ni el empate en Dortmund ni el triunfo en casa ante el Inter mediante remontada sirvieron para tranquilizar a una parroquia blaugrana que se debió tirar de los pelos viendo jugar, más bien sufrir, a su equipo. Sobre todo cuando Boril culminó una gran contra del Slavia para igualar momentáneamente el partido, nada más empezar la segunda parte.

Los últimos minutos, ya con ese 1-2 final en el marcador, fueron un toma y daca del Slavia, un frontón checo, en el que Ter Stegen, de lejos el mejor del Barça con hasta tres paradas que evitaron goles claros, y su muro defensivo rechazaban como podían las acciones de ataque locales.

De hecho, Ter Stegen salvó la última ocasión clara en el descuento a Husbauer, pero respiró también viendo cómo Olayinka no atinaba. El Eden Arena para nada fue un jardín del paraíso blaugrana, sino más bien un infierno en la ciudad de las cien torres, estando algunas de ellas en el césped listas para rematar en cualquier momento.

Achicando agua, sufriendo atrás y con malas acciones al contraataque, el Barça vio pasar los minutos como si fueran horas. Ni Leo Messi estuvo acertado para cerrar el partido, Luis Suárez veía la portería como si fuera de balonmano si no de hockey patines y así, entre vítores de la afición local a su valiente Slavia, el Barça respiró sólo tras escuchar los tres silbatos del colegiado Bobby Madden.

No funcionó el tridente. Leo Messi se marchó visiblemente enfadado al vestuario pese al triunfo, Ter Stegen las pagó con su portería, pese a su partido excelente. Parecían las reacciones de un equipo perdedor, y no vencedor como fue el Barça, donde Antoine Griezmann tuvo una de cal y Dembélé, que entró por él, empeoró el escenario marrando toda acción o perdiendo casi cada balón que le llegaba.

Hubo nervios, y el Barça tendrá que rezar a Ter Stegen para dar gracias por esta victoria que no deja de tener mucho valor. Había que ganar, y el Barça ganó y además saliendo líder, con sus 7 puntos y siendo el único invicto del grupo. Pudo haber cerrado el partido el Barça con un tercer gol que no llegó, y que estuvo en botas de Luis Suárez y de Messi, que erró al rematar un pase de la muerte de Jordi Alba. No hubo nada que lamentar por esos fallos, por esta vez.