El Real Madrid se impuso en la semifinal del Mundial de Clubes al Al-Ahly por 1-4 en un partido en el que Vinicius fue designado como MVP. El brasileño marcó el primer gol de los blancos y provocó un penalti un día gris en el que el marcador no reflejó lo que se vio sobre el verde de Rabat.
Durante el partido ante el Al-Ahly se le vio centrado en el encuentro. El gol fue un regalo, pero para aprovechar esos regalos hay que estar metido en el partido y aislado de lo que pasa fuera, por muy difícil que sea.
Vinicius es, con mucha diferencia, el jugador que sufre más faltas en el fútbol europeo. Sufre faltas, agresiones verbales, incluso insultos racistas muy graves. Es verdad que ante ese tipo de comportamientos, un chico joven, como es él, salta y responde, pero ese tipo de respuestas le sacan del partido.
Lo mejor para Vinicius es centrarse en el fútbol e intentar aislarse de todo eso, por muy difícil que sea. Si a mí me pasara eso probablemente respondería igual que él aún a sabiendas que no es lo mejor.
En la semifinal del Mundial de Clubes no habrá recibido tantos insultos y provocaciones como el otro día en Mallorca, pero también es verdad que en los primeros quince minutos de partido ha sufrido dos faltas, una de ellas muy dura, y se ha levantado como si nada. Es decir, Vinicius ha dicho "vamos a jugar al fútbol" y nos vamos a centrar en lo que está pasando aquí dentro. Hemos visto un buen partido de Vinicius, que hacía tiempo que, sobre todo lejos del Santiago Bernabéu, no veíamos. Esto es lo que beneficia a Vinicius y al Real Madrid.
Es difícil no reaccionar ante los insultos o ante las provocaciones de los rivales, pero por ahí tiene que marcarse el regreso de Vinicius como el gran jugador que es. Vinicius sufre cosas que no debería sufrir ningún jugador en un campo de fútbol, pero, al menos, tiene que intentar salir de esa espiral en la que se ha metido, ponerse a jugar al fútbol y dejar que eso lo resuelva quien lo tiene que resolver, que son los árbitros.
