No dudó ni un segundo Argentina y salió al partido directamente a mandar y a tener la pelota. La movía con paciencia, de lado a lado, buscando conectar al Papu Gómez y a Messi cerca del área de Australia. Pero se encontró una selección muy bien ordenada, muy junta y que no dejaba espacios a los jugadores argentinos para progresar y acercarse a la meta de Ryan.
Papu Gómez fue el primero en probar suerte con un disparo desde fuera del área que se marchó muy alto. También Julián Álvarez con un gran desmarque a la espalda de la defensa, pero no fue capaz de controlar bien la pelota.
A partir de la media hora de juego, Argentina empezó a encontrar un poco a Messi en zonas más interiores y a acercarse poco a poco al área australiana. Hasta que en el minuto 35 Mac Allister encontró un pequeño espacio para meterle un balón a Messi al interior del área que se iba largo, pero apareció Otamendi para tocar la pelota y hacer una descarga perfecta para la llegada del 10, que con un disparo marca de la casa puso la pelota lejos del alcance de Ryan.
Era su tercer gol en este Mundial, su noveno en una Copa del Mundo y el que le hacía superar a Maradona en la clasificación de goleadores argentinos en los Mundiales.
La segunda parte comenzó de otra manera. Australia estaba obligada a dar un paso adelante en busca del gol del empate, así que adelantó la presión nada más salir del vestuario. Duke estuvo a punto de dar un par de sustos al Dibu Martínez, pero el susto de verdad lo iba a dar Julián Álvarez.
El delantero del Manchester City no iba a desaprovechar su oportunidad y en su segunda titularidad en esta Copa del Mundo iba a volver a ver puerta. En un error garrafal de la defensa australiana De Paul presionó a Ryan y Julián apareció de la nada para arrebatarle la pelota y marcar a placer. La araña que pica.
Con el 2-0 el partido parecía totalmente controlado por Argentina. Tenía el balón y Australia ni la olía, pero el fútbol tiene esas cosas que lo hacen tan imprevisible y a falta de quince minutos para el final los oceánicos se iban a meter en el partido. Un disparo desde la frontal de Goodwin se iba a envenenar tras tocar en Enzo Fernández y se iba a meter en la portería del Dibu Martínez.
Quedaban quince minutos más descuento y había partido. Behich tuvo el empate tras una gran jugada individual en la que dribló a los cuatro defensas argentinos que salieron a su paso, pero su disparo lo tapó Lisandro Martínez apareciendo desde atrás. En la última jugada del partido, Kuol tuvo una clarísima ocasión en un balón que cayó llovido del cielo. Disparó a la media vuelta, pero el Dibu Martínez se le echó encima para tapar el tiro.
Lautaro Martínez tuvo tres ocasiones clarísimas para permitir a Argentina vivir tranquila en los últimos minutos. La primera la echó fuera y las otras dos las desbarató Ryan. Finalmente Argentina consigue imponerse jugando un gran partido y se cita con Países Bajos el próximo viernes para pelear por un billete a semifinales.