El VAR llegó para revolucionar el fútbol y lo ha hecho de forma considerable. Con sus detractores y defensores no hay duda que ha influido de forma decisiva en el fútbol moderno. En el Mundial de Rusia hizo su primera aparición en la copa del mundo. Su aplicación permitió por ejemplo, señalar un penalti en la final a favor de Francia tras una mano de Perisic. Pese a los aciertos, la impresión general es que todavía quedaban aspectos por pulir.
Para el Mundial de Qatar se han implementado una serie de novedades para hacer más eficaz el video arbitraje y que las decisiones se tomen de la forma más rápida posible.
La nueva tecnología en el Mundial
Para ello, los estadios contarán con 12 cámaras que permitirán detectar de forma precisa los fueras de juego. Además, el balón tendrá un chip para determinar si la posición es legal o ilegal. El chip mandará la información en tiempo real para poder calcular el momento y la posición exacta del golpeo y compararla con la del jugador en supuesto fuera de juego. Habrá "12 cámaras instaladas bajo la cubierta del estadio captarán los movimientos del balón y hasta 29 puntos de datos de cada jugador, 50 veces por segundo, para calcular sus posiciones exactas sobre el terreno de juego".
Finalmente, todo es analizado a través de una inteligencia artificial con los datos de las cámaras, que determinan la posición de los jugadores, y los del chip del balón. La IA detecta si hay fuera de juego y envía alertas automáticas al VAR para que la jugada se revise.
Además, se generará una repetición en 3D para reconstruir la jugada y que los árbitros de la sala VOR (Video Operation Room) puedan corroborar que la tecnología semiautomática del fuera de juego ha acertado. Lo han denominado el Sistema de Tecnología Semiautomatizada de Fuera de Juego (SAOT, por sus siglas en inglés) y se espera que tarde menos de 25 segundos en determinar si hay o no fuera de juego.