Japón llegaba a este primer cruce de octavos de final como una de las grandes revelaciones del torneo. Los nipones prometían dar guerra, pero ni siquiera ellos contaban con terminar primera en un grupo en el que estaban Alemania y España. Croacia pasó apuros para estar en octavos, pero terminó clasificando segunda en un partido ante Bélgica que será para siempre recordado por los errores de Lukaku.
Los nipones volvieron a salir al partido como nos tienen acostumbrados durante este Mundial: siendo verticales, presionando alto y poniendo en apuros la salida de balón croata. Taniguchi tuvo la primera con un remate de cabeza que se marchó fuera y Croacia respondió con una clarísima ocasión de Perisic. El futbolista del Tottenham presionó a Tomiyasu que cometió un error garrafal y dejó al croata solo ante Gonda, pero el portero reaccionó bien ante su disparo.
Los japoneses, como viene siendo habitual en este Mundial, salían como balas cada vez que conseguían hacerse con la pelota, especialmente con un Junya Ito que ganaba a Barisic cada vez que le encaraba. Tuvo una clara ocasión en una acción del extremo del Reims que no alcanzó a rematar Maeda.
Croacia se fue haciendo poco a poco con el control del partido y tuvo un par de ocasiones claras. Primero Petkovic en un gran desmarque donde se plantó en el área pero no resolvió bien en última instancia. Unos minutos más tarde, el propio Petkovic peinó un balón al segundo palo donde Kramaric no alcanzó a rematar.
Volvió a crecer Japón unos minutos más tarde en la recta final del primer tiempo. Kamada avisó primero con un disparo desde el interior del área que se marchó alto y, en el 43, llegó el gol. Un centro desde la derecha de Ito quedó muerto dentro del área para que Maeda fusilara a Livakovic e hiciera el 1-0 justo antes del descanso.
El guion del partido no cambió a la vuelta de vestuarios y siguió teniendo tramos para ambas selecciones. Kamada avisó nada más empezar con un disparo desde la frontal que se fue alto y, poco después, Perisic consiguió empatar el partido con un genial remate de cabeza desde la frontal.
Japón no se arrugó tras el empate y probó suerte con un par de disparos desde la frontal de Endo y Doan que detuvo sin problemas Livakovic. Pero las más claras para el desempate las tuvo Croacia. Modric probó suerte con un zapatazo desde la frontal que Gonda despejó a córner con un paradón y Budimir protagonizó un buen remate de cabeza a centro de Kramaric que se marchó fuera. Perisic tuvo una clarísima ocasión tras un error de Japón, que le regaló un balón con espacio para correr hasta la frontal del área, pero su disparo se marchó fuera.
Croacia controló el partido y cuando el físico empezó a fallarle salió la experiencia y el oficio. El conjunto ajedrazado se llevó el partido hasta una prórroga en la que pasaron muy poquitas cosas. El partido se fue a la tanda de penaltis donde emergió un gran Livakovic que paró tres de los cuatro penaltis que lanzaron los japoneses para meter a Croacia entre las ocho mejores selecciones del Mundial.