Estados Unidos sufrió ante la Irán del portugués Carlos Queiroz, pero un gol de Christian Pulisic le sirvió para lograr la victoria en el tercer y último partido del grupo B y, con ello, la clasificación para los octavos de final del Mundial.
Con este triunfo, en un partido más intenso que vistoso, los norteamericanos se clasificaron como segundos de un grupo en el que Inglaterra, que derrotó por 0-3 a Gales, pasó primera, y se enfrentarán, en la ronda de octavos, a Países Bajos.
Berhalter confió de nuevo en el valencianista Musah, el primero en intentarlo, a los ocho minutos, mediante un disparo lejano que se fue alto y otorgó la batuta a un imperial Weston McKennie, centrocampista de la Juventus. Los norteamericanos fueron extendiendo poco a poco su dominio. Tim Weah advirtió en el 21 y los yanquis siguieron cocinando a fuego lento el primer tanto.
Éste llegó en el 38, cuando un sensacional cambio de banda de McKennie se convirtió en asistencia de cabeza desde la derecha del ex barcelonista Serginho Dest para que Christian Pulisic introdujese el balón en la portería iraní.
McKennie, en el descuento, le sirvió un perfecto balón al hueco a Weah, que tocó a la perfección y, tras dar en el poste, la pelota entró en la meta de Beiranvand. Aunque Mateu anuló el gol, ya que el delantero estaba en posición antirreglamentaria.
Sargent puso a prueba a Beiranvand nada más arrancar la segunda parte, pero los iraníes comenzaron a abrirse y con ello el partido. Rezaeian, desde la derecha y en el 52, le puso un centro que remató casi en plancha Ghoddos, que había entrado tras el descanso por Azmoun. Y Taremi efectuó otra peligrosa internada por la izquierda siete minutos más tarde.
Ghoddos, que proporcionó más ritmo a Irán, especialmente por banda izquierda, estuvo a punto de empatar, al rematar un centro de Gholizadeh, pero su disparo se marchó fuera. Berhalter reforzó la defensa dando entrada a Zimmerman y Moore, por Dest y un delantero, Sargent. Karimi la tuvo en el 81 y los estadounidenses sufrieron en los nueve minutos de la prolongación, más aún con el remate en plancha de Pouraliganji que salió rozando el poste de la meta de Turner.
En el último suspiro hubo una jugada en la que los persas reclamaron penalti sobre Taremi que ni Mateu ni el VAR consideraron punible. Los valientes iraníes se marchan para casa, pero lo hacen con la cabeza bien alta.