Estados Unidos y Gales firmaron un fantástico empate en el partido más entretenido de la jornada. Los norteamericanos de Greg Berhalter sorprendieron firmando una gran primera parte, pero el oficio de la Gales de Gareth Bale en la segunda les llevó hasta conseguir un valiosísimo empate que les permite soñar con los octavos de final.
Salió a mandar la selección norteamericana con presencia de LaLiga en el once. El valencianista Yunus Musah fue titular en la banda izquierda y el ex barcelonista Sergiño Dest en el lateral derecho. Pero la gran estrella del conjunto estrellado iba a ser Christian Pulisic. El futbolista del Chelsea estuvo muy activo desde los primeros minutos e iba a ser clave en la acción del primer gol.
Lo intentó primero Weah con un centro que se envenenó tras golpear en un defensa y estuvo a punto de sorprender a Wayne Hennessey. La jugada continuó y el balón llegó a la otra banda, donde Robinson sacó un centro perfecto para Sargent que remató al primer palo, pero su disparo se marchó fuera.
Gales esperaba atrás un error de Estados Unidos para buscar a Bale en largo y salir a la contra, pero no era capaz de salir de la presión tras pérdida de los norteamericanos. Pasada la media hora de juego, una gran jugada colectiva terminó con Pulisic rompiendo por dentro y filtrando un pase para Weah que batió a Hennessey en el mano a mano con un sutil toque. Se adelantaba Estados Unidos.
Llegamos al descanso sin ver muchas más ocasiones, pero la segunda fue otra historia. Gales salió de otra forma a la segunda mitad y dio un paso adelante en busca del empate. Los británicos, liderados por Gareth Bale, empezaron a jugar más lejos de su área, aunque las ocasiones tardaron en llegar.
En el minuto 62, una falta lateral botada desde la derecha estuvo a punto de convertirse en gol tras un remate de Ben Davies a bocajarro que mandó Turner a córner. En ese mismo córner apareció la cabeza de Kieffer Moore para rematar unos centímetros por encima del larguero y volver a dar un susto a Estados Unidos.
A falta de 10 minutos para el final, Robert Page movió el banquillo para echar a su equipo más al ataque y, en la primera acción tras el cambio, Gareth Bale provocó un penalti clarísimo para tener en sus botas la opción de hacer historia. No falló desde los once metros y se convirtió en el primer jugador galés en marcar en un Mundial tras 64 años de ausencia.
Finalmente tablas en el marcador tras un partido igualadísimo en el que cada equipo dominó un tiempo. Gales y Bale sueñan con los octavos de final.