Nacho Fernández llegó al Real Madrid en 2001, en edad alevín. Desde entonces ha quemado todas las etapas con la camiseta blanca hasta convertirse en un hombre imprescindible del primer equipo, con el que debutó allá por 2011. La renovación de Nacho hasta 2023 es un premio al trabajo y la constancia que le convierten ya en uno de los jugadores más veteranos a las órdenes de Ancelotti: sólo los tres capitanes (Marcelo, Benzema y Varane) llevan más temporadas en el equipo.
El papel de Nacho fue vital en la última temporada, cuando los problemas físicos de Ramos y Varane le otorgaron la titularidad en el centro de la zaga junto al brasileño Militao. Una vez más, Nacho rindió a un nivel altísimo, incluso mereciendo volver a la selección española, con la que ya jugó el Mundial de Rusia, pero Luis Enrique decidió no contar con él.
La polivalencia de Nacho ha sido durante años su gran virtud: el madrileño puede jugar tanto de central como de lateral por cualquiera de las dos bandas. Un arma que ahora podrá explotar Ancelotti. Tras la salida de Ramos al Paris Saint Germain, el francés Varane y el austríaco Alaba apuntan a titulares, pero la continuidad del galo no está garantizada. Sea como sea, seguro que a lo largo del curso, Nacho vuelve a ser un jugador importante y sigue construyendo su historia como todo un "one club man" del Real Madrid.