Onda Cero ha tenido acceso a un documento de la renovación de la incapacidad permanente de José María Enríque Negreira que está presente en el sumario del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de este caso, tal y como informa Rafa Fernández en Radioestadio noche. Esa incapacidad se declaró el 17 de octubre de 1995 en grado total, tres años después de su retirada del arbitraje profesional. La revisión data del 2 de junio de 2004.
En ella, se reflejan las lesiones físicas que al ex número dos de los árbitros le causan una incapacidad permanente en grado absoluto. La situación le daba derecho a percibir una pensión mensual de 1.240,03. Entre ellas se refleja un trastorno orgánico de la personalidad. Por tanto, esta revisión indica que Negreira tenía diagnosticada la incapacidad permanente con trastorno de personalidad desde el primer momento que el Barcelona contrató sus servicios y que compaginó con su labor como vicepresidente del Comité de Árbitros.
Las últimas informaciones desvelan sus regalos a los árbitros
José María Enríquez Negreira utilizó el dinero que durante 7 años recibió del Barcelona para hacer regalos de lujo a los árbitros. Así lo desvela en exclusiva El Mundo que ha tenido acceso a una larga lista de obsequios que la empresa Dasnil, propiedad del ex número dos de los árbitros españoles presentó a Hacienda como gastos deducibles.
Según esta información dichos gastos fueron rechazados como deducibles por la Agencia Tributaria. Según la documentación de Hacienda a la que ha tenido acceso El Mundo, Negreira compró productos propios para el ejercicio del arbitraje, como 1.500 tarjetas rojas y amarillas personalizadas con sus correspondientes porta tarjetas, pero también cientos de monedas para sortear el campo (este concepto se gastó en 2016 mientras era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros) y otros artículos como jamones por importe de unos 10.000 euros o entradas para partidos de fútbol, incluidas finales de la Copa del Rey. Todos eran regalos destinados a árbitros de Primera división.
La interminable lista de regalos incluye también palas de playa, sombrillas, tostadoras, mantas, pantalones o bolígrafos. También hay facturas que revelan que Enríquez Negreira invitaba a los colegiados a comer en famosas marisquerías de Madrid y Barcelona. Hay facturas de más de 2.000 euros por comida.