El exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira, ha llegado caminando al Instituto de Medicina Legal de Cataluña hacia las 9:30 horas de la mañana junto a su mujer y su abogado y en un momento dado ha tropezado y ha caído al suelo, si bien se ha podido levantar con el apoyo de sus acompañantes y ha proseguido su marcha hasta el edificio para ser examinado por un forense que debe certificar si padece síntomas de demencia, como ha alegado su defensa ante el juez.
Según han informado a EFE fuentes jurídicas, el reconocimiento médico, que se está practicando esta mañana, se ha llevado a cabo por orden del titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, que investiga el destino de los cerca de 7 millones de euros que el FC Barcelona pagó a Enríquez Negreira y a su hijo entre los años 2001 y 2018.
¿Sufre un deterioro cognitivo?
El objetivo de la prueba es comprobar si el investigado, de 78 años, sufre un deterioro cognitivo que le incapacita para poder afrontar un proceso penal, argumento que adujo su defensa ante la Fiscalía cuando el ministerio público estaba todavía investigando el caso, lo que derivó en una denuncia ante el juzgado contra Negreira y contra los expresidentes del Barça Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu.
Para ello, la defensa de Negreira esgrimió un informe del Alzheimer Center de Barcelona -uno de los centros de referencia en el tratamiento de esta enfermedad degenerativa- que certifica que el exárbitro sufre una "demencia leve", con alteración de la memoria o el lenguaje, pero permanece parcialmente orientado "en tiempo, espacio y persona".
Una vez la denuncia de Fiscalía ya estaba en manos del juzgado, Daniel Pérez-Esqué, abogado de Negreira, presentó otro documento ante el magistrado instructor en el que reiteraba la situación de incapacidad del excolegiado, remitiéndose al informe del Alzheimer Center.
Con la exploración encargada al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (IMLCFC), el juez instructor pretende confirmar no solo la demencia que Negreira alega sufrir, sino también determinar si estará en condiciones de ser interrogado como investigado y, en un futuro, responder ante un eventual juicio.