Nico Williams decidió hace unos días cerrar su perfil en la red social ‘Twitter’ y ayer, a última hora de la noche, hizo lo mismo con la que tenía en ‘Instagram’. Sin aviso previo y sin dar ninguna razón, el joven futbolista sólo quería escapar del centro de la diana en el que se vio en cuestión de minutos, en cuanto acabó el partido entre el Athletic Club y Osasuna en la semifinal de la Copa del Rey que se jugó ayer en Pamplona. El objetivo no era hacer de esto una campaña, ni que ninguna institución (LaLiga, RFEF o AFE) cogiera la bandera del acoso, las amenazas o el racismo. Se trató de una decisión personal, de bienestar mental y emocional más que de otra cosa.
Ni pretendía tener repercusión ni ser el portavoz de los que se sienten maltratados en las redes sociales. La realidad es que el perfil de Nico Williams en ‘Instagram’ se llenó de insultos y faltas de respeto y el jugador decidió que cancelando su perfil evitaba tener que leer los mensajes de cientos de aficionados que la tomaron con él utilizando como excusa las ocasiones que falló durante el partido.
A primera hora de la mañana, su club lanzó un comunicado consensuado con el jugador. "Ante el revuelo que ha generado el cierre de los perfiles sociales de Nico Williams, queremos trasladar de manera consensuada con él que tras el duro golpe que supuso la eliminación de la Copa y la posterior presión de algunos usuarios en forma de insultos y faltas de respeto en dichas redes sociales, Nico decidió desactivar sus perfiles oficiales. Nico desea además trasladar su agradecimiento a los aficionados que ayer le apoyaron con una ovación en San Mamés y a todos los que hoy le están trasladando su cariño. Queremos también pediros que entre todos hagamos fuerza para erradicar este tipo de actitudes en redes sociales. No todo vale".