Dos días después de naufragar en el Clásico, al Real Madrid solo le queda mirar hacia delante y comenzar a sumar victorias que le sirvan para ir olvidando la humillación sufrida ante el FC Barcelona. Esta semana Benítez se examinará dos veces, cada partido a partir de ahora será un examen para él, y lo hará fuera del Bernabéu.
El miércoles el Real Madrid visita al Shakhtar Donetsk en Champions. El equipo blanco ya está clasificado para los octavos de final de la Liga de Campeones, pero cualquier resultado que no sea una victoria podría dejar a Benítez al borde del despido.
En Liga, el Real Madrid tiene ya poco margen de error. Tras salir a seis puntos de distancia del FC Barcelona y después de que el Atlético le arrebatará la segunda plaza tras ganar en el Villamarín, el equipo de Benítez no se puede permitir un solo traspié de cara a sus opciones de ser campeón.
En esta tesitura, el conjunto blanco jugará el domingo en Ipurúa. El Eibar le espera pudiendo presumir de un gran estado de forma y ocupando la sexta posición de la Liga. Los de Mendilibar a punto estuvieron de dar la campanada en el Madrigal este fin de semana, un resultado que les habría dejado cuartos.
Y es que solo cuatro puntos separan al Eibar del Real Madrid después de la disputa de 12 jornadas. Benítez sabe que cualquier tropiezo puede ser fatal para su continuidad en el club. Al menos, jugará esta semana lejos del Bernabéu y no tendrá que escuchar los pitos de su propia afición.
