El Barcelona ha llegado al estadio de Vallecas con la posibilidad de sentenciar, todavía más, el título tras la derrota de su perseguidor, el Real Madrid en Girona.
Han empezado mal. El Rayo se adelantó en el marcador en una jugada protagonizada por Sergio Camello, que recuperó el balón en el costado derecho en una pugna con Gavi y, al llegar al filo del área, cedió a la izquierda para que Álvaro García lanzase un disparo cruzado que no pudo despejar el portero alemán. Pudo llegar el empate tras un tanto de Lewandowski pero el polaco estaba ligeramente adelantado por lo que no rompía su sequía goleadora en los últimos partidos.
No ha habido reacción en la segunda parte por parte de los de Xavi. Un error en la salida de balón ha terminado con una pérdida de De Jong. Fran García ha entrado como un un obús para robar el el balón y enfilar la portería. No le ha temblado la pierna ante Ter Stegen y ha cruzado la pelota para marcar el segundo tanto del partido.
El conjunto catalán carecía de ideas. Un partido que deja en buen lugar a Busquets al que se ha echado en falta en el ancla. De Jong y su oficio no ha bastado para que los de Xavi pudieran controlar el encuentro ya que ha sido el Rayo el que ha manejado mejor el partido en función de sus intereses. Los cambios de Xavi no han cambiado el encuentro. Sin embargo, en el 83 una jugada aislada ha desencadenado en el gol que les ha metido en el encuentro. Disparo de Kessié y tras dos rebotes se quedaba el balón muerto para que Lewandowski fusilara a Dimitrievski y recortar distancias.
El Barcelona ha pecado de indolencia como le sucedió al Real Madrid. La diferencia en la tabla ha provocado la relajación de ambos pero también el enfado de sus seguidores que ven cómo la actitud de sus jugadores es más que mejorable. En cualquier caso, la posición favorable es para los del Camp Nou que comandan la tabla con 11 puntos de ventaja a falta de 21 puntos en disputa.