El Real Madrid dio un paso de gigante en la eliminatoria de cuartos de final de la Champions tras vencer al Liverpool por 3-1 gracias a un doblete de Vinicius y un gol de Asensio, en un duelo que dominó desde el inicio. El tanto de Salah es el clavo ardiendo al que se agarran los reds, que necesitarán ganar por un mínimo de dos goles si quieren avanzar a semifinales.
El conjunto blanco comenzó el encuentro imprimiéndole un ritmo alto de juego y tratando de hacerse con el dominio a través de la posesión. Tras un gran comienzo de partido, Vinicius tuvo la primera ocasión clara en el minuto 12, con un remate de cabeza que se fue desviado por poco después del centro de Mendy.
El brasileño no falló en el 27, al amortiguar magistralmente con el pecho un gran pase largo de Kroos para plantarse sólo ante un Alisson al que batió con un potente derechazo cruzado raso. Vinicius monopolizó las acciones ofensivas de los blancos, y poco después estuvo cerca de ampliar la ventaja con un chut que se marchó a saque de esquina después de tocar en un defensa red.
Poco más tarde Asensio aprovechó un error en un forzado pase de Alexander Arnold en defensa para quedarse solo frente a Alisson, al que superó con un sutil sombrero antes de empujar el balón al fondo de las mallas para poner tierra de por medio en el marcador. Tres minutos antes del descanso Klopp dio entrada a Thiago por Keita para intentar cambiar la cara a un Liverpool superado. Asensio casi hizo el tercero después, cuando a Kabak se le quedó corto un pase atrás para Alisson, que evitó el gol del 11 blanco para mandar al descanso el duelo tras 45 minutos de dominio total del conjunto entrenado por Zidane.
Salah recortó distancias
La segunda parte no pudo comenzar peor para los blancos ya que en el minuto 51 Salah recortó distancias al aprovechar un rechace a un disparo de Diego Jota para batir a Courtois. El tanto no alteró los planes de un Madrid que siguió dominando a través de la posesión. Fruto de ello llegó el 3-1, firmado por Vinicius tras armar un ajustado disparo después de ser asistido por Modric en una jugada que se originó en un saque de banda.
Los blancos recuperaron su versión de la primera parte y siguieron acercándose con peligro a la portería de los ingleses, que trataban de discutir el dominio de los Zidane sin éxito. Klopp dio entrada a Shaqiri y Firmino, agotando sus balas para los últimos diez minutos de choque. No le sirvió a los reds, que no lograron hacer el segundo y afrontarán la vuelta de la eliminatoria con la necesidad, como mínimo, de ganar por dos goles después del recital de los de Zidane en la ida.