Después de presentar a las caras nuevas, al Real Madrid le tocaba inaugurarse delante de su afición. Nacho fue el primero en estrenar el marcador. El canterano cabeceó un córner botado por Modric demostrando que él también quiere su sitio en el once de Benítez.
El que siempre está ahí es Cristiano, que recuperado de su lesión volvía con ganas de lucirse. Su sociedad con Bale sigue funcionando y poco les faltó para poner el segundo de los suyos directamente desde la banda.
Ronaldo pidió calma
Sin embargo el que más cerca estuvo fue Isco, que acabó estrellando el esférico contra el larguero. Ronaldo no conseguía afinar la puntería, pero todos tranquilos, el luso pedía calma, que aún quedaba la segunda parte.
Tras el descanso no fue mucho mejor, el exmadridista Sneijder ponía el empate tras una asistencia de Podolski que no desaprovechó con la zurda. Para solucionar el entuerto y que el trofeo se quedase en casa ya estaba Marcelo que con una jugada magistral, muy al estilo fútbol sala, metió el tanto de la victoria merengue. Última prueba superada, próxima cita: la Liga.