Cuando uno lanza un órdago hay dos opciones: o vas de farol, o juegas con cartas ganadoras.
En el caso del Presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Rodríguez Uribes, todo apunta a que cuando afirmó, hace ya un mes, que “es impensable que el representante del fútbol español en la Eurocopa o los Juegos Olímpicos pudiera ser una persona investigada en una causa penal” iba de farol y le han pillado, porque si es estrategia, es muy extraña.
Uribes en aquel contundente mensaje, que difundió a través de la Agencia pública EFE, afirmó una verdad absoluta: “está en juego la reputación, el prestigio y el buen nombre de España”, pero quizás le faltó añadir que esa reputación y prestigio ya estaba por los suelos, especialmente por el proteccionismo que había tenido su gobierno hacia Luis Rubiales.
De lo que también se olvidó, o no, es de que quien manda en el deporte español desde que Pedro Sánchez es presidente, es el ‘Superministro’, presidente del Comité Olímpico y adalid del sistema clientelar de nuestro deporte, Alejandro Blanco, quien maniobró a las mil maravillas para garantizar la supervivencia de Pedro Rocha y del sistema feudal que protege.
Rocha salió airoso del envite y ahora se fotografía ufano en Bangkok con el presidente de UEFA, Aleksander Ceferin, quien con esas imágenes también envía un mensaje al gobierno español con doble significado: a la Federación no la tocan y menos ustedes que osaron ser el único país que no firmó contra la Superliga de Florentino.
Si algunos quisimos creer que Uribes iba a imponer su criterio regenerador, ahora que ya han pasado más de 100 días de mandato empezamos a dudar y mucho, sobre todo cuando vemos como por dos veces seguidas ha esquivado decidir sobre el expediente por falta muy grave que tiene abierto su criticado Rocha.
Por cierto, ¿alguien sabe algo de Vicente Del Bosque y la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión que anunció a bombo y platillo la ministra portavoz Pilar Alegría?