El jugador brasileño fue expulsado por doble amarilla, la segunda de ellas después de celebrar su gol (2-0) encarándose con el guardameta rival y las alegaciones del conjunto blanco defendieron que fue el portero contrario quien salió de su área en busca de Rodrygo, "para increparle a pocos centímetros".
El club blanco ha argumentado que fue en ese momento cuando su futbolista, que no había celebrado todavía el gol, levantó los brazos para celebrarlo "ignorando en todo momento al portero del equipo rival y las recriminaciones o provocaciones que éste le pudiese dirigir".
El fallo del juez suplente de Competición "discrepa" de las alegaciones del conjunto blanco y apunta que "no resulta cierto" que Rodrygo actuara "ignorando al portero rival" y que ante "la recriminación" de éste contestó "de forma airada levantando sus brazos mientras gritaba, dirigiéndose sin ningún género de duda, de forma desconsiderada, hacia el portero rival", lo que conlleva amonestación.
"La apreciación del árbitro sólo puede ser enervada cuando se acredite la existencia de un error claro o patente, independientemente de toda opinión, valoración, interpretación o calificación jurídica que pueda hacerse, circunstancias que no se da en el presente caso. Esto es, no basta con una explicación alternativa de los hechos en cuestión", añade.