El equipo español se la tendrá que jugar en la última jornada en La Cerámica ante el Spartak de Moscú, tras ser incapaz de superar a un rival ante el que dispuso de las mejores ocasiones con igualdad de jugadores en el terreno de juego.
La superioridad técnica del conjunto español fue contrarrestada por el entusiasmo del Rangers, que, con un juego muy físico y una presión muy adelantada, no dejó al Villarreal imprimir el ritmo de juego que más le convenía.
La mejor ocasión del Rangers, en el ecuador del primer acto, la protagonizaron precisamente sus dos defensas centrales, tras una dejada de cabeza de Worrall a su compañero Goldson, que solo desde el punto de penalti chutó muy alto cuando tenía todo a favor para marcar.
Toko Ekambi protagonizó las ocasiones más claras del Villarreal, pero se topó con el meta escocés Mc Gregor, que en dos intervenciones sensacionales le ganó el mano a mano impidiendo al equipo español adelantarse en el marcador.
En el último minuto del primer tiempo, el portugués Candeias fue expulsado por doble amonestación dejando al Rangers en inferioridad numérica. En la reanudación, el nuevo contexto del partido provocó que el Villarreal se hiciera con el mando del choque. Los escoceses, con un jugador menos, bajaron la intensidad de su presión y de los Calleja se adueñaron del balón.
Pese al monólogo amarillo, las llegadas al área escocesa fueron mucho menos claras que en el primer tiempo. El Rangers se atrincheró en su campo y cerró las entradas a su área a un Villarreal que no encontró la forma de sacar provecho a su superioridad.
Un gol anulado por fuera de juego despertó al Rangers y a la hinchada escocesa a quince minutos de final. Posteriormente, el norirlandés Lafferty, en el primer balón que tocó, firmó un zurdazo que obligó a volar a Andrés Fernández para evitar el gol.
El Villarreal lo intentó a la desesperada en los minutos finales, pero el Rangers, muy disciplinado, defendió el punto que le permite llegar con opciones de clasificación a la última jornada de la fase de grupos.