Sin excesivas ocasiones de gol, el dominio territorial no le dio a la Real Sociedad para adelantarse en el primer periodo, ni al Valencia para aprovechar el empuje que mostró tras el descanso para abrir el marcador, lo que dio paso a un empate insuficiente para ambos.
De menos a más intensidad
El encuentro fue de menos a más y la intensidad, sobre todo a medida que se acertaba el choque a su conclusión, predominaron sobre el juego y la creación de fútbol en un choque al que le faltaron ocasiones de gol
El Valencia planteó el encuentro con una defensa de tres centrales (Foulquier, Cömert y Christhian), que tuvo enfrente a Oyarzábal y Sorloth como hombres más ofensivos del equipo donostiarra, lo que propició un encuentro de control de juego por parte de los locales y mayor incidencia ofensiva por la de la Real Sociedad.
El balón fue de entrada para el conjunto vasco ante un Valencia agazapado y que, como es habitual a lo largo de toda la temporada, buscaba desplazamientos largos desde la defensa o salidas al contragolpe para sorprender al rival.
Buenas sensaciones de la Real Sociedad
Esta dinámica de juego hizo que el balón merodeara frecuentemente la meta de Mamardashvili, el portero que hoy eligió el técnico local, Pepe Bordalás, como titular, a base de córners y centros laterales que la retaguardia local resolvió con solvencia.
La oportunidad más clara de la primera mitad llegó en el saque de una falta que Le Normand cabeceó y el meta georgiano del Valencia repelió con acierto y colocación (m.22).
La mejor noticia para el conjunto forastero estaba en las buenas sensaciones que transmitía a pesar de no llegar con peligro a la meta rival; la mejor para el Valencia era, sin duda, el desequilibrio de Bryan Gil, que fue el jugador más activo de los veintidós que iniciaron el encuentro.
Sin embargo, ni una noticia, ni la otra dio de sí lo suficiente como para que se abriera el marcador antes del descanso.
El Valencia, protagonista de la segunda parte
Tras el descanso, con la entrada de Soler por Cristhian, el Valencia pasó a jugar con un 4-4-2, mientras que nada cambió en cuanto a planteamiento en el equipo de Imanol Alguacil.
El equipo local cobró protagonismo desde el comienzo de la reanudación y el juego tuvo más alternativas que en la primera mitad ya que sus aproximaciones a la meta de la Real Sociedad fueron más frecuentes.
El partido pasó a ser, desde bien pronto, de ida y vuelta, sin pausa, sin juego en el centro del campo y con más intensidad que buen fútbol, pero, sobre todo, con las fueran más parejas.
El partido se animó tras los cambios con la presencia de jugadores más creativos, lo que unido a la igualdad en el marcador, dio paso a un cuarto de hora final en el que se podía decantar a favor de cualquiera de los dos contendientes, pero que finalizó con una igualada justa.