La UEFA abrió el pasado 2 de junio un procedimiento disciplinario tras el encuentro y lo ha cerrado con la sanción al técnico del club italiano por lenguaje insultante/abusivo contra un oficial de partido; más una multa de 50.000 euros al Roma por conducta impropia del equipo y otra en la misma cuantía por encendido de bengalas, lanzamiento de objetos e incidentes de público y daños en el estadio.
El equipo romano no podrá vender entradas a sus aficionados para el próximo partido que juegue a domicilio en competición europea y tendrá que contactar también con la Federación de Fútbol de Hungría para hacerse cargo de la reparación de los daños causados por sus seguidores en asientos, cristales, papeleras, contenedores y enchufes.