El ex seleccionador español Vicente del Bosque, ganador del Mundial de Sudáfrica 2010 y de la Eurocopa 2012 de Polonia y Ucrania, ha escenificado su retirada colgando de forma simbólica sus botas en el museo de la Real Federación Española de Fútbol en Las Rozas (Madrid).
Estas botas le han acompañado durante toda su etapa de entrenador, e incluso "también como jugador". Del Bosque las veía como "talismán" y ha decidido donarlas a una Federación de la que dice solo tener "palabras de agradecimiento", según un vídeo divulgado por los medios de esta.
El técnico ha querido cerrar así una carrera en la que no le ha "quedado por hacer" y donde ha podido comprobar que "el seleccionador siempre se ve agredido e intoxicado por lo que le llega de fuera".
Dio a España un Mundial y una Eurocopa
En el acto, hizo un repaso por su andadura con el equipo nacional, y aseguró que es "imposible que un deportista o que un equipo gane siempre", pero se siente satisfecho y con el trabajo cumplido. "Hemos tenido de todo, hemos ganado y hemos vivido una época maravillosa".
Cogimos el testigo en 2008 y lo pudimos ampliar hasta 2012 y luego estuvimos bien en las fases de clasificación y mal en las fases finales de Brasil y Francia. Pero hemos mantenido ese punto importante de que la Selección siempre va a estar en el grupo de candidatos a poder ganar", afirmó el ex seleccionador.
Siempre intentó seguir una "política de continuidad" para traer a los mejores
"No me ha quedado nada por hacer. Durante estos ocho años hemos hecho lo que creíamos que había que hacer en beneficio de la Federación. Nada más. No hemos tenido otra pretensión de nada. Que hemos cometido errores, que hemos traído a unos que no debíamos traer y a otros hemos dejado de traerlos, pues posiblemente", reflexionó Del Bosque en declaraciones facilitadas por la RFEF.
El salmantino, que abandonó la selección este verano tras la eliminación en la Eurocopa, explicó que, durante su etapa al frente del equipo nacional, siempre intentó seguir "una política de continuidad, que no de inmovilismo, para traer a los mejores".
"No es fácil porque el seleccionador siempre se ve agredido e intoxicado por lo que le llega de fuera desde una parte de España, desde una camiseta... Nosotros hemos escuchado a todo el mundo, pero también hemos sido tozudos y hemos hecho lo que queríamos hacer", rememoró.
No piensa despegarse del fútbol
Con la entrega de las botas que usaba como jugador al museo de la selección, Del Bosque quiso simbolizar un "punto final" a su carrera como entrenador. "Tengo muchas cosas por hacer todavía. No soy muy nostálgico. He tenido suerte en la vida de poder disfrutar de una profesión de la que siento pasión, y he pasado unos años fantásticos. Pero no miro al pasado y sé que la vida tiene otros caminos, aunque no me voy a despegar del todo del fútbol. Hay que buscar nuevos retos y tengo muchas cosas por hacer todavía", concluyó.