Luis Rubiales se ha negado a dimitir a pesar de que el pasado jueves anunciase a su entorno que lo haría. No solo no ha dimitido, sino que ha justificado todos los momentos polémicos en su celebración en la final del Mundial.
La versión del beso de Rubiales es que fue "consentido" y ha explicado que Jenni Hermoso aceptó "un piquito". El exfutbolista se ha disculpado por el contexto de los hechos, por hacerlo en el palco y ante las autoridades, más que por el propio beso.
En definitiva, Luis Rubiales ha utilizado 40 minutos de su tiempo para justificarse y ponerse como víctima de la "cacería" en estos últimos cinco años de mandato donde ha arremetido contra Tebas, contra la prensa y contra el "falso feminismo" en un lamentable discurso.
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