Zinedine Zidane tiene contrato con el Real Madrid hasta junio de 2022, pero desde hace semanas, meses, se habla sin parar de su marcha a final de temporada.
Ese momento ha llegado. El curso ha sido complicado para todos, pero especialmente para el técnico francés, blanco de todas las críticas. Críticas que ha aguantado con mejor o peor cara en cada rueda de prensa, en las que se hablaba más de su futuro que del juego del equipo, de las numeras lesiones de sus jugadores o de su trayectoria hasta las semifinales de la Liga de Campeones y la última jornada de liga con opciones de ganar el título.
Punto de inflexión
La previa ante el Huesca en el Alcoraz supuso un punto de inflexión en la temporada del Real Madrid. Su entrenador mostró su rostro más duro y su voz más firme para reivindicarse a sí mismo y a sus jugadores: "lo que me hace reír es que me pregunten si estoy fuera cada vez que hacemos un mal partido. No merezco este tratamiento por parte de la prensa y pienso, al contrario, que tenemos derecho a pelear. Espero un poco de respeto y si no llegamos a los objetivos seré el primero que se va a criticar porque tengo responsabilidad. Estoy enfadado, dos semanas encerrado en una jaula y tenía ganas de salir y decir que voy a pelear hasta el final".
Era la primera comparecencia de Zidane tras superar el coronavirus. Los días de aislamiento le permitieron leer y escuchar con detalle todo lo que se decía sobre él y estalló. Desde entonces su equipo no ha perdido un solo partido de liga.
Temporada irregular
El Real Madrid termina el curso en blanco, pero Zidane le pone un sobresaliente a su equipo, exactamente un 9´5, que sería un 10 si hubiera ganado la Liga, como dijo en la previa del partido ante el Villarreal.
Lo cierto es que la temporada del conjunto merengue ha sido como una montaña rusa. Nunca se ha descolgado de la parte alta de la tabla en la liga; pero quedó eliminado a las primeras de cambio en la Copa del Rey por el Alcoyano, un segunda B; y protagonizó un inicio lamentable en la fase de grupos de la liga de Campeones que hizo temer lo peor, esto es, quedar fuera de los octavos de final por primera vez en su historia.
Eliminaron al Atalanta en octavos de final y al Liverpool en cuartos para caer en semifinales ante el Chelsea, un equipo mucho más poderoso físicamente que el Madrid, cuyos jugadores han llegado al final de temporada con el deposito de gasolina en la reserva. Cierto que iban por el lado “fácil” del cuadro, pero nadie daba un duro por ellos. Sólo su entrenador repetía una y otra vez que lucharían hasta el final. Y lo cumplió.
El francés nunca puso excusas a pesar de las adversidades que el equipo ha tenido que afrontar esta temporada. El coronavirus ha sido un problema para el vestuario blanco, como para el resto de equipos, pero aún más incidencia ha tenido la plaga de lesiones. Hubo momentos de la temporada en que la enfermería de Valdebebas no deba abasto y aunque Zidane ha contado con varios futbolistas del Castilla para reforzar al equipo, los jugadores sanos han acumulado tantos minutos en sus botas que han llegado al tramo decisivo de la temporada exhaustos. A pesar de ello llegaron vivos a la jornada 38. También en esta competición Zidane ha cumplido la promesa de luchar hasta el final.
No hay dos sin tres
Zidane podría confirmar su marcha en los próximos días. No sería la primera vez que Zidane decide romper su contrato con la casa blanca y siempre que lo ha hecho ha encontrado el respaldo y la comprensión de Florentino Pérez. La primera vez lo hizo como jugador, en 2006, la segunda como entrenador en 2018.
Zinedine Zidane jugó su último partido con el Real Madrid el 7 de mayo de 2006. También fue contra el Villarreal en un Santiago Bernabéu lleno hasta la bandera para rendir un merecido homenaje a uno de sus “galácticos” y uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Era el adiós del hombre que firmó su contrato con un simple “sí” sobre una servilleta y que rubricó una de las voleas más espectaculares de la historia del fútbol para conquistar su primera y única Copa de Europa, la novena para la casa blanca. Para eso llegó al Madrid procedente de la Juventus en julio de 2001. Para eso Florentino Pérez pagó un traspaso de 77.5 millones de euros, el más caro de la historia en ese momento.
Cinco años después había conquistado, además de una Liga de Campeones, una Liga, dos Supercopas de España y una Copa Intercontinental.
En abril de 2006 anuncia su retirada del fútbol profesional después del Mundial de Alemania. A sus 34 años aún tenía un año de contrato con el Real Madrid y fútbol en sus piernas, pero admite que no tiene fuerzas para seguir. Cansado y decepcionado por las últimas temporadas en el conjunto blanco, huérfano de títulos, decide colgar las botas.
Sin embargo, quiere seguir vinculado al Madrid y su regreso no se hace esperar. En junio de 2009 es nombrado asesor del presidente Florentino Pérez y en 2013 inicia su carrera como entrenador.
Entrenador galáctico
Zinedine Zidane se estrena en los banquillos como segundo de Carlo Ancelotti, el que fue su entrenador en la Juventus entre 1999 y 2001. Juntos conquistan una Copa del Rey y levantan en Lisboa la “Décima”.
En junio de 2014 toma las riendas del Real Madrid Castilla. Se hace cargo del filial hasta que en enero de 2016 es nombrado entrenador del primer equipo para sustituir a Rafa Benítez, que había llegado el verano anterior.
El francés obró el milagro. Su equipo ganó la Liga de Campeones durante tres años consecutivos, algo que nadie había logrado hasta ese momento y nadie ha repetido por ahora. Además, sumó a su palmarés una Liga, dos Supercopas de Europa, una Supercopa de España y dos Mundiales de Clubes.
Pero también esta vez y ahora contra pronóstico, daría un adiós precipitado. Tras conquistar la decimotercera Copa de Europa en Kiev el equipo sufrió una especie de catarsis. Cristiano Ronaldo decidió aguar la fiesta anticipando que su futuro estaba lejos del Bernabéu, exactamente en Turín. También Gareth Bale antepuso sus intereses a los del equipo. El galés firmó dos de los tres goles blancos para ganar al Liverpool 3-1, pero molesto por su suplencia deja en el aire su futuro. En su caso, la salida no se consumó.
Al Madrid le esperaba un futuro con Bale, pero sin Cristiano. También sin Zidane. El francés sorprendió a todos al anunciar su marcha el 31 de mayo de 2018. Junto a él en la sala de prensa se sentó Florentino Pérez para escuchar las razones de su ya ex entrenador: "este equipo debe seguir ganando y para eso necesita un cambio. Después de tres años necesita otro discurso, otra metodología de trabajo. Por eso tomé esta decisión. Quiero mucho al club y al presidente, que me ha dado la oportunidad. Estaré agradecido toda mi vida, pero hoy es el momento de cambiar. Por eso he tomado esa decisión". Adiós sin reproches, como en 2006. "Prefiero terminar esta etapa cuando toda va bien, lo hice como jugador y lo hago ahora como entrenador. Es el momento".
Diez meses después y tras los proyectos fallidos de Julen Lopetegui y Santi Solari, Zidane regresa para salvar al Madrid. Sólo han transcurrido 284 días desde su salida. Pero no podía decir que no. Un año después ganaba su segunda Liga como entrenador, la liga de la pandemia, que terminó en julio de 2020.
Ahora y tras una temporada sin títulos que llevar a las vitrinas de la casa blanca podría volver a decir adiós.
Jorge Valdano ha escrito que Zinedine Zidane “es el mejor entrenador posible para cualquier Real Madrid.” (El País, 17 de julio 2020). El francés cree, sin embargo, que el Madrid puede ser mejor equipo sin él. Lo dijo en la rueda de prensa previa al que puede haber sido su último partido como entrenador del conjunto blanco.
Habrá quien interprete que este adiós es otra espantada. Pero Zidane, que bailaba sobre el césped, es más Nijinsky que Curro Romero.