A la tercera fue la vencida. A la tercera llegó la primera del Atlético. La primera victoria de este curso. Los rojiblancos ya saben lo que es sumar de tres en tres esta temporada gracias a un triunfo, trabajado triunfo, ante un peleón Celta que se deshizo en la segunda parte. Koke, Griezmann por partida doble y Correa hacen sonreír a los del Manzanares y sumen a los de Berizzo en una crisis: aún no han sumado ni un punto esta campaña.
Sin ningún fichaje salieron los de Simeone sobre el césped de Balaídos. Con una especie de 4-3-3 y con Torres en la punta de ataque por Kevin Gameiro, el peligro que se creó sobre el arco de Sergio fue entre poco y nada. Un par de llegadas sin apenas mordiente y un tiro de Griezmann desde media distancia fue el pobre bagaje ofensivo que los del Cholo llevaron en el primer acto. Con balón mal, y sin él tampoco se frenaban las acometidas de un impetuoso Celta.
Dos clarísimas ocasiones sobre Oblak tuvieron los celestes. La primera de Señé, en una acción con Juafran despistado rompiendo el fuera de juego. El chaval dribló al arquero rojiblanco pero su disparo se estrelló contra el lateral de la red. La segunda, más clara aún, fue de Bogonda. El extremo se fue por velocidad del marcaje de Savic y en el cara a cara con el portero esloveno no definió bien.
Mucho perdonaron, y al final la bestia despertó. Despertó del letargo que duró 135 minutos sumando el duelo completo de Leganés a la primera parte de Balaídos. Algo debió hablarse en ese vestuario porque salieron a morder y a comerse al Celta. Se lo comieron, vaya si se lo comieron. La resistencia celeste se diluyó y la presión intensa que imprimieron se vino abajo. El gol de Koke fue un aviso de lo que estaba por llegar.
De que Griezmann ya está aquí. El galo fue el autor del pase al 6, y luego se marcó unos buenos bailes de celebración en Vigo. De cabeza, Antoine firmó el 0-2 y el 0-3 que terminaron por desarbolar al Celta y a Berizzo, que vieron cómo Gameiro, tras fallar un clamoroso gol, protagonizaba la acción del 0-4 con una jugada que concluyó con una diana de Correa.
Volvió la versión del Atlético de Simeone que todos conocemos. Volvió ese equipo intenso que hace empequeñecerse al rival, que sabe de sus virtudes y de sus defectos. Aunque cierto es que con Griezmann todo es más fácil.