Luis Llopis estaba eufórico en la piscina del centro acuático de Tokio tras conseguir su primera medalla en unos Juegos aunque saca un pequeño lunar: "Cansado pero muy contento. La marca no me ha gustado mucho pero lo que contaba era ganarles y aspirar al segundo que era lo máximo que podíamos lograr (El primer clasificado ganó el oro con récord del mundo)"
Ha ido remontando posiciones hasta finalizar en segunda posición, sabiendo que tenía mejor vuelta que sus rivales: "Sabía que tenía buena vuelta y he seguido a lo mío intentando coger mucha fuerza para llegar. Ha sido un subidón después de Río que fui más a disfrutar del campeonato y después de las lesiones jodidas que he tenido, llegar a este nivel es increíble".
El nadador muy satisfecho y ya pensando en cómo celebrarlo: "Es verdad que no es mi mejor marca pero aquí lo que contaba era sacar chapa y lo hemos logrado. Durante todo el año he mejorado la marca. Lo que quiero es llamar a mis amigos, entrenador y mi familia ¿Chuletón en la villa? Bueno algo sacaremos".
Además de la natación, su otra pasión es el fútbol. Íñigo es hijo de Luis Llopis, el entrenador de porteros del Real Madrid. Él estudia para sacarse el carnet de entrenador. Este año se trasladó a Madrid para preparar los Juegos, algo que supuso un enorme sacrificio al estar lejos de su gente. Sin embargo, el esfuerzo ha valido la pena y se ha visto recompensado con esta medalla de plata.
