Judith Rodríguez ha conseguido algo histórico. Su medalla en esgrima de silla de ruedas es algo que no lograba un deportista español desde los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000. La viguesa ha resurgido y lo ha coronado en París.
La vida le cambió drásticamente en junio de 2018. Precisamente cuando volvía de hacer lo que más le gustaba. En el regreso de un campeonato de esgrima sufrieron un accidente de coche. Ella ocupaba el asiento del copiloto y se llevó la peor parte. Perdió la pierna y algo de movilidad en un brazo pero sabe que pudo ser mucho peor.
Recuperarse de un mazazo así con 22 años no fue nada fácil. Porque además de las consecuencias físicas, le dolía como nada el no poder practicar su deporte. La esgrima. En un primer momento, le hablaron de su actual disciplina. Pero se cerró en banda. No quería hacer algo en lo que pensaba no se iba a sentir cómoda y no tenía mucho que ver con el deporte que amaba.
Todo cambió tras una visita de Desirée Vila, la atleta paralímpica. Le hizo ver que se puede seguir adelante y encontrar nuevas motivaciones deportivas con una prótesis. Y vaya si lo hizo. Su carrera comenzó de la mejor manera con multitud de éxitos. No tardó en postularse como una de las mejores esgrimistas en España. Y así llegó esta gran oportunidad en París. En una disciplina en la que el nivel es altísimo. Ha tenido muy cerca el pase a la final.
Sabía que su rival china es casi invencible, sin embargo el marcador de 12-15 demuestra lo competido que ha sido. Ahí ha empezado su camino al bronce primero venciendo a una rival que provenía de la repesca y después a la otra mujer que había perdido en semifinales. Un hito histórico porque ninguna mujer española conquistaba una presea en este deporte desde Atlanta 96.
Dedicado a su madre: "Estaría orgullosa"
Judith Rodríguez, tras conquistar la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de París, no pudo contener su emoción. La esgrimista compartió sus sentimientos sobre este logro.
"Ganar una medalla en los Juegos... no me lo creo en este momento. Siempre soñé con un momento así, pero no me imaginé que iba a sentir tanto dentro. Todo lo trabajado durante tanto tiempo ha salido hoy", comentó Judith con evidente emoción. Aunque reconoció que el esfuerzo había valido la pena, con o sin medalla, la satisfacción de llevarse el bronce fue indescriptible: "Estoy muy contenta con la medalla. El asalto fue muy complicado, pero mantuve la calma. Finalmente, cuando vi el marcador subir al número final, dije: ‘Este momento es para mí’".
Judith también habló sobre lo que significó alcanzar este logro después de años de esfuerzo. "Siempre soñé con ir a unos Juegos. Cuando era pequeña, veía los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en la tele y soñaba con estar aquí", recordó. Su medalla no solo simboliza un logro deportivo, sino también un proceso de sanación personal: "No me lo puedo creer. Al final, siento que parte de mí ha sanado".
El combate final fue una verdadera prueba de resistencia mental. "Fue como un subidón. En el último momento, solo pensaba en que tenía que meter ese último punto como fuera. Cuando el marcador llegó a 15, lo único en mi mente eran todos esos años de trabajo", relató Judith.
La medallista dedicó su éxito a las personas más importantes en su vida: "Se lo dedico a mi familia, a mis amigos, a la gente de la esgrima y, por supuesto, a mi país, representando a mi tierra". En un momento especialmente emotivo, Judith hizo una mención especial a su madre: "Me quiero dedicar esta medalla a mi madre. Sé que estaría súper orgullosa".
Rodríguez concluyó con un mensaje de perseverancia y esfuerzo: "Vamos a ir a por todas y darlo absolutamente todo. Este es solo el comienzo".