Los grandes nombres comienzan a copar el Estadio Olímpico de la ciudad brasileña. Si por la mañana Usain Bolt acaparó los focos, con su paseo en la primera serie de los 100 metros, por la tarde noche fue el turno de más leyendas olímpicas. Mo Farah sumó su tercer metal, aspirando a repetir el doblete que logró en Londres 2012.
El atleta nacido en Mogadiscio se impuso en una emocionante carrera en los 10.000, en la cual se rehizo de una caída y de los múltiples ataques. Era el rival a batir y la armada africana no dudó en intentar tumbarle. El británico comenzó en cola, a los 3.000 metros, tras su tropiezo con el estadounidense Galen Rupp, pasó a liderar.
Entonces, keniatas y etíopes se repartieron el trabajo de desgastar a un Mo Farah que no bajó el pistón. El keniata Paul Kipngetich Tanui fue el último en intentarlo, pero el británico se impuso en los últimos 100 metros para comenzar un nuevo idilio olímpico, pensando ya en completar su segundo doblete con los 5.000. El etíope Tamirat Tola cerró el podio.
10.71 para Thompson en los 100
El carisma de Mo Farah dio paso al abrir y cerrar de ojos que supone el reto contra el crono de los 100 metros. La final femenina tenía el aliciente de ver a Fraser Pryce sumar su tercer oro consecutivo. Sin estar en su mejor momento físico, la jamaicana se vio superada por su compatriota Thompson, con un tiempo de 10.71.
La mejor velocista del año impuso su mejor condición en una final a la que llegó ya lanzada de unas 'semis' que dominó con 10.88 junto con Pryce. El oro en Pekín y Londres se vio relegada a un bronce que decidió la 'foto finish' y que negó el podio a la marfileña Marie-Josee Ta Lou. La plata se la adjudicó la estadounidense Tori Bowie.
Otro vigente campeón, el keniata David Rudisha, también se dejó ver en esta segunda jornada. El campeón olímpico de 800 metros en Londres se clasificó para la final de la prueba con un tiempo de 1:43.88, sólo superado por el francés Pierre-Ambroise Bosse (1:43.85) y el argelino Taoufik Makhloufi.
Salto de longitud y heptatlón
La noche en Río entregó los oros además en salto de longitud y heptatlón. En la primera de ellas, el estadounidense Jeff Henderson se hizo con el oro por un centímetro y en su último intento. Cuando el sudafricano Luvo Manyonga saboreaba el título olímpico, Henderson marcaba un 8.38 en su sexta y última bala. El vigente campeón de todo, el británico Greg Rutherford, fue bronce. La sorpresa del heptatlón tuvo el nombre de la joven belga Nafissatou Thiam.
A sus 21 años, Thiam rompió con las quinielas para proclamarse campeona olímpica con un total 6.810 puntos, destacando en especial el 1,98 que firmó en salto de altura. La belga culminó con su gesta después de dos días de competición, dejando segunda a la campeona en Londres, la inglesa Jessica Ennis-Hill, y tercera, la canadiense Brianne Theisen-Eaton.