Un hecho que alimenta las esperanzas de medalla de Belmonte, que ya fue plata en esta misma prueba hace cuatro años en Londres, y como ella misma reconoció "se guardó" algo para la final de mañana.
"Me he encontrado muy cómoda. No sé si podré ir más a tope o no, porque me he centrado mucho en disfrutar del agua. Quiero pensar que mañana tengo algo más todavía", señaló Belmonte.
Una sexta velocidad que Mireia sí sacó a relucir en las preliminares para superar a la australiana Madeline Groves, la única nadadora que fue capaz de nadar esta noche más rápido que la española en las semifinales.
Groves, que llegó a Río con la mejor marca mundial del año, aventajó, tras firmar un crono de 2:05.66, en 40 centésimas a la española, una diferencia que Belmonte pareció capaz de remontar en la final de mañana.
Para ello, Mireia volverá a utilizar la misma táctica que empleó en las semifinales, en las que nadando de menos a más, logró ir remontando poco a poco posiciones, hasta concluir en la segunda plaza de su serie.
Una táctica radicalmente opuesta a la utilizada por la australiana Groves, que apostó desde el inicio por liderar la carrera, a riesgo de verse superada en los metros finales, como ya ocurrió, en las series preliminares por la española.
"Estoy acabando muy bien todas las pruebas que estoy haciendo y eso lo tengo que aprovechar mañana", concluyó Belmonte, que buscará mañana su segunda medalla en Río, tras el bronce logrado el sábado en los 400 estilos.